FALTA SU ESCENCIA MOLESTA EN EL AMBIENTE

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CAPÍTULO 22

Aygh, mierda.

El molesto ruido de la alarma me despierta, como puedo lo apago sin abrir los ojos, dejo el brazo colgando fuera de la cama y cuando vuelvo a dormirme unos fuertes golpes me sobresaltan.

—¿¡Que?!— gritó de mal humor con la voz dormilona.

—Son las putas 8:30, Alaska.—

—¿Y a mi que más me da?— gritó exasperadamente furiosa.

Y escucho como abre la puerta.

—Te recuerdo que es lunes y tienes instituto con un examen— dice

—¿Como es que sabes mis exámenes?— preguntó sin abrir los ojos y con la cara hundida en la almohada.

—Los veo en los post-it que pones en la pared— explica y abro un ojo para ver el pedazo de pared bajo la ventana llena de post-its.

—No voy a ir.— bufo.

—Iras – ordena y hago una pataleta pateando la cama. —Eres tan infantil— comenta

—Eres tan idiota— digo tirando las mantas al suelo y cogiendo la toalla para darme una ducha rápida. Al salir me coloco una sudadera gris que me queda gigante y un jean ajustado con mis zapatillas blancas. Me pongo la mochila al hombro y la capucha para salir como una Zombi, ayer fue un error desvelarme con Ian. Llegue a casa cuando él me trajo: a las putas 3 de la mañana, él iría directo al aeropuerto.

Flashback

—¿Nos desvelaremos sin pelear?— pregunta

—Depende lo que digas.— comentó mirando el cielo manchado de estrellas, vinimos a mi lugar favorito, el bosque a las afueras de la ciudad.

—Me iré dos semanas, a partir de mañana.— dice y giro mi cabeza para fijarme en su perfil.

—¿Que? ¿Por que? ¿Mañana?— preguntó

—Mi tía necesita de mi ayuda.—

—¿Tía?— preguntó

—Aunque parezca que solo tengo a mi padre, tengo también a una abuela y una tía.— dice

—¿Ha pasado algo malo?—preguntó al ver la arruga en su ceja, la que siempre le aparece cuando le preocupa algo. Se que me quería mentir pero no lo hizo.

—Mi abuela murió, mi tía no sabe que papá está en coma y solo nos alcanza para un boleto. Le he dicho que iré yo, ya que papá está trabajando y no puede... Y lo único que hago es mentir... creen que vivimos en una casa decente, que papá está recuperado y que trabaja, que yo ya dejé de ser un camello... pero es mentira, seguimos siéndolo todo o incluso peor de como nos fuimos. Y ahora... y ahora mi abuela muere, mi vida cada vez va de mal en peor— dice reincorporándose y pasándose la mano por la cara exasperado.

—Lo siento... pero lo único que puedo hacer es que te desveles mirando las estrellas en la noche.—digo con la voz suave

—¿Despejará la mente?— pregunta mirándome

—A mi me funciona— me encojo de hombros y señaló un par de estrellas—Esas son mis favoritas, pero esa que parpadea está apunto de morir...—explico y así pasamos toda la noche.

Fin de flashback

Cruzo los pasillos vacíos hasta mi clase, entro sin tocar pero mi humor no es bueno así que ignoro al profesor y sus regaños, me siento en mi sitio y hundo mi cabeza en la mochila.

Y así paso las siguientes dos horas hasta el recreo.

Voy caminando a las gradas y me siento allí donde siempre nos sentábamos Dereck y yo, aunque siempre nos sentábamos abajo de estas.

Así que en vez de sentarme encima de las gradas me pongo debajo de estas como solía hacerlo con Dereck, y me quedo observando la flor en medio del verde.

Y se siente raro, estar sin él molesto Ian, los lunes, miércoles y viernes siempre se ponía conmigo y el resto de días en la cafetería con los demás.

Pero estar sin él aquí es raro, falta su esencia molesta en el ambiente. Así que le llamó, dejo el móvil apoyado en la barra que sostiene las gradas para que la visión de mi horrorosa cara no se vea en toda la cámara.

Me contesta y veo que se acaba de despertar ya que se encuentra aún en la cama y deja el móvil apoyado contra algo, supongo la luz, para que le vea acostado.

—¿Sabes? Falta tú molesta existencia aquí— digo señalando mi lado vacío.

—Solo llevó un día, nena.— dice sin abrir los ojos.

—Oh vamos, yo creo que has pensado tú en mí mucho más que yo en ti, te apuesto mi cuaderno de historia—

—Ese es tu cuaderno favorito— comenta

—Lo se y como estoy segura de lo que dije te lo apuesto— me enojo de hombros

—¿Donde estás?— pregunta al ver el escenario que me rodea.

—Debajo de las gradas, hoy no soporto la presencia humana, ayer no pude dormir muy bien, me empezó a doler todo y me dio fiebre, una locura de mierda, encima que nos desvelamos...— explicó

—El entierro de mi abuela es hoy... no se si estoy listo.— abre sus ojos de distintos colores para fijarlos en los míos.

—Nunca estaremos listos para despedir a alguien que sabemos que no volverá.— comentó

—¿No podrías decir algo como lo harás bien? ¿O lago así?— pregunta

—Sabes que digo lo que pienso no te voy a mentir— digo

—Que manía con lo de la capucha, nena— dice y ruedo los ojos

—Quiero morir de sueño, por tu culpa.—

—Pues yo estoy en una plácida cama calentita y puedo dormir todo lo que quiera— dice acurrucándose más contra las mantas.

—Eres cruel, Macolley, demasiado.— me quejo levantándome del suelo y cogiendo el móvil.

—Regresaré en dos semanas, puede que en una... mi tía se equivocó de fecha y volveré antes— explica mientras cruzo el campo de fútbol americano.

—Sácame de aquí— pido.

—¿En un portal tridimensional?— pregunta burlón

—Si quieres si y de paso tráeme libros.— digo

—Estas gravemente obsesionada con los libros y todo lo ficticio— dice

—La literatura es mi mentira preferida. — digo mientras camino por los vacíos pasillos del instituto.

—Deberías colgar, mañana o después te llamo, no llores tanto— dice

—Tu no llores, Macolley.— digo—Y por cierto, saldrá bien... seguro está en un mejor lugar— comentó y él me entiende asintiendo con la cabeza y acto seguido cuelgo y entro a clase.

Se que Ian quiere a su abuela, lo note cuando me habló anoche de ella, hablando de lo regañona y amable que puede llegar a ser, pero se que su perdida no ha sido tan dolorosa, más bien fue un alivio... no lo digo a mal, solo que por lo que me contó él, ella sufría mucho, el cáncer la estaba consumiendo y se le olvidaba todo, sufría demasiado... ahora está en un lugar mejor e Ian lo sabe por eso no le duele tanto su partida.

MIEL Y TORMENTA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora