EN BUSCA DE EMPLEO

56 5 0
                                    

CAPÍTULO 35

Gateo hasta mi lado de la cama, junto a la ventana, me quito la ropa y me coloco la camisa de la pijama de Ian, espero que llegue, su olor a miel recorre mis fosas nasales y cuando Ian entra de nuevo a su cuarto coje la laptop y sonríe al verme con su camisa, me encojo de hombros.

Sus abdominales perfectos me llaman pero quito esos pensamientos y me acuesto junto a él. Él coloca la laptop en su regazo y yo me pego más a él.

—Si quieres duerme, yo terminaré nuestro trabajo, ha sido un día agotador para ti.—dice y me pego más a él para abrazarlo y apoyar mi cabeza en su pecho desnudo, escucho los latidos de su corazón, al compas del mio, acelerados y rítmicos.

Su olor me hace sentir... en casa, en un lugar seguro y en paz. 

Y la oscuridad me consume cayendo en el mundo de los sueños.

Al día siguiente siento su cálido cuerpo tras de mi, sonrió perezosamente y me muevo dando la vuelta para quedar cara a cara con Ian.

Me quedo observando su rostro y vuelvo a acurrucar mi cara en su cuello aspirando su olor.

—Es sábado.— murmura Ian poniéndose boca arriba y yo me acomodo a su lado—Nos podemos quedar más tiempo en la cama.— dice con una sonrisa, empiezo a hacer círculos con mi dedo índice en su abdomen recorriendo cada músculo marcado, pasando por su V marcada.

—No hagas eso o vamos a hacer de todo menos quedarnos en la cama durmiendo—susurra

—Lo siento, ayer me quede dormida y no te ayude con el trabajo—me disculpo

—Da igual, estabas cansada y fue un día difícil para ti.— dice acariciando mi cabello.

—Tengo planes, pero debemos levantarnos ya...— digo reincorporarme en la cama, el bufa

—¿Que?— pregunta mirándome con un solo ojo, el gris.

—Iremos a conseguir un trabajo y visitaremos a mi hermano.— digo cogiendo la toalla, conozco lo suficiente esta casa como Ian la mía.

—¿Pero tú no tenías 17? Yo si que puedo tengo 19 pero eres menor de edad.— dice y recuerdo que día es hoy: 6 de septiembre.

—Pues estamos de suerte, por que hoy ya tengo 18.— digo saliendo por la puerta hacia el baño.

Me doy una ducha rápida y cuando salgo Ian sigue acostado.

Me pongo la ropa interior y le tiro la toalla, cojo una de sus sudaderas y el jean de ayer.

—¿Es tu cumpleaños?— pregunta

—Si, pero da igual.— digo poniéndome las zapatillas.

—No da igual, no tengo un regalo para ti.— maldice por lo bajo

—Solo haremos lo que te prometí ayer, conseguiremos un trabajo que paguen bien y resolveremos todo.— digo

—Me suena irreal.—susurra

—Lo conseguiremos.— murmuro

—Te creo— dice saliendo para darse una ducha, mientras organizo la habitación, busco en una aplicación algunos lugares donde necesitan empleados y pagan bien...

Preparo la mochila de Ian para un día fuera, botellas de agua y unos bocadillos.

—¿Que haces?— pregunta al verme hechando los bocadillos.

—No pisaremos por casa y no tendremos tiempo de ir a restaurantes por que te juro que este día no termina hasta que al menos uno de los dos consiga empleo.— digo cerrando la cremallera.

MIEL Y TORMENTA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora