LO QUE QUERAMOS SER

60 6 0
                                    

CAPÍTULO 31

—Ian, no puedo caminar.— me quejo colocándome de nuevo la ropa.

—Será imposible igualar esta tarde.— me guiña un ojo.

—Tenemos que ir a tu partido en media hora y yo estoy como un puto pingüino ¿te parece normal?—

—El dragón de tu espalda es alucinante, prácticamente toda la espalda—. Comenta mirando como me coloco mi camisa.—¿Es chino?—

—Si.—bufo poniéndome el pantalón, no puedo negar que fue lo mejor que he sentido en toda mi puta vida, puede que al principio me haya dolido pero luego fue lo mejor.

—¿Que significa?— pregunta curioso

—Valiente.— digo tirándole su camisa al pecho.

—¿Te has enfadado?— pregunta

—No, solo que odio que haya sido tan Bueno.— admito y él tira de mi muñeca haciendo que caiga encima de él

—Podemos repetir.— dice acariciando mi pelo—Me encantaría pasar de nuevo mi lengua por ese Ying Yang de tigres—dice refiriéndose al tatuaje en mi abdomen.

—Ya estoy como un puto pingüino y por más que quisiera nos están llamando— digo al escuchar nuestros nombres.

—Vístete antes de que entre Dereck—le lanzo su ropa interior que estaba junto a la puerta cerrada

—¿Tiene que ser un secreto?— pregunta

—¿Quieres perder la fama de fuckboy?—

—Por ti lo haría— y eso me descoloca

—Te aseguró que yo no te puedo dar todo lo que te dan las demás... soy un desastre.— digo

—Si te soy sincero eres la mejor en la cama.— dice y me sonrojo.

—No mientas por hacerme sentir mejor—

—Es la verdad— se pone su pantalón

—Como nos hayan escuchado té juro que te mato.—

—Dirás: que escucharon tus gloriosos gemidos con mi nombre en ellos.—dice y mi cara arde.

—¡Alaska!— escuchó la voz de Dereck furiosa y luego como entra por la puerta.—Como la hayas tocado— amenaza

—Oh vamos, cariño, la chica tiene 17 y todos hemos escuchado sus gemidos, no hagas como que no.— dice Has teniéndole del brazo.

Y si, en ese mismo momento quería dejar de existir, que un dragón me comiera o un tiburón.

—Tu y yo vamos a hablar— dice Dereck señálandome a mi y a él, salen de allí y yo me tiro a la cama para hundir mi cara en la almohada y escucho la gloriosa risa de Ian.

—Te juro que te mato, grandísimo gilipollas.— le insultó

—Antes querías que yo te matara a ti.— dice y, si fuera posible, siento mi cara pasar a otro grado de rojo. —Valep ya paró.— levanta las manos en son de paz.—A todos nos ha pasado, a mi más de una vez—

—¿Recuerdas que fue mi primera vez?— digo señalando la mancha de sangre de mi cama. Quito la sábana y la hecho en la cesta de ropa sucia, me levanto para echarla bien y siento los fuertes brazos de Ian rodearme por la espalda.

—Eres jodidamente perfecta.— dice de repente.

—Venid ya o te juro que...que.. no se solo venid ya— grita Dereck.

—Deberíamos ir, o te matará, y digamos que yo quiero algunas partes que ahora son mias.— digo y él entiende la referencia, sonríe de lado poniéndose la camisa.

MIEL Y TORMENTA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora