TE QUIERO Y ESO NO LO DUDES 🌶️

58 5 0
                                    

CAPÍTULO 38

Ian... Ian ¿Donde cojones te metiste?

Busco por todas las calles cerca al instituto, cerca a mi casa, a la suya... y nada, no está. Le he llamado varias veces pero no coge ninguna, no responde a mis mensajes...

Mierda, me preocupa, estaba tan furioso... enfadado, cegado por ira podría hacer cualquier cosa, le podría pasar algo...

Y recuerdo donde me llevo, en el centro comercial... el teatro o cine abandonado.

Me apresuro a coger el bus que me lleva allí, con la mochila al hombro entro al centro comercial y me esfuerzo por recordar por donde me llevo, ese día había tanta gente...

Mierda, mierda, recuerda....

Y veo aquella puerta donde dice que el paso está restringido a gente que no sea del personal, miro a ambos lados y entro, me dirijo por ese pasillo oscuro hasta salir al escenario.

Busco con la mirada y veo su sudadera, camisa y mochila en una silla... pero no lo veo a él.

—¿Ian?— preguntó y el eco de mi voz se expande por el lugar, dejo mi mochila junto a la suya.—Ian, Macolley ¿donde estas? Rubio, se que estás aquí, veo tus cosas... por favor, hablemos.— ruego y escucho dos gruñidos y luego dos golpes, me apresuro a bajar e ir atrás donde hay una tabla grande, voy detrás de esta y veo a Ian golpeando la madera a puño limpio, sangre mancha la madera y sale de sus nudillos.

Él da un golpe seco a la madera, hago una mueca y me acerco a él, no hace nada pero no me mira solo apoya sus manos en la madera de enfrente y se apoya, poso mis manos frías en sus hombros calientes, su cuerpo reacciona a mi. Llevo mis manos de sus hombros a su pecho hasta abrazarlo, pegó mi cuerpo al suyo mientras lo abrazo.

Creo que a veces es mejor el silencio con una persona que el diálogo y más si es un mal momento... la compañía de la persona indicada puede reparar la grieta.

Siento como su respiración acelerada por la ira se va tranquilizando, me quedo así, con él esperaré hasta que esté listo para hablar, su olor a miel me envuelve en una cápsula donde sólo estamos los dos.

—¿Alaska?— pregunta y hago un sonido con la garganta dándole a entender que le escucho—¿Estas segura de quedarte conmigo? ¿Con la mierda que me rodea? ¿Con la mierda que soy? ¿El desastre?— pregunta y le suelto, me separo de él y me paso por debajo de sus brazos para quedar frente a él, entre sus brazos, a poca distancia.

—Ian, jamas me iré de tu lado, a menos de que me eches, acepto todo lo que tenga que ver contigo, te prometí que arreglaríamos lo que pudiésemos juntos, que intentaríamos arreglarlo todo. Y yo cumplo mi palabra. Para mi tus desastres son perfectos, Ian, tu para mi eres la perfección— respondo poniendo mi mano en su mejilla, su poca barba me hace coquillas en la mano.

—¿Estas segura?— pregunta

—Estoy tan segura de como te quiero.— murmuro mirando sus ojos de distinto color, esos que son capaces de leerme tan fácilmente.

—¿Me quieres?— pregunta con la voz rota

Y me duele verlo así, así que hago lo que mi corazón hace rato quería hacer... por que tal vez esto se trata de pequeñas victorias diarias y no de grandes hazañas, como decir "te quiero" a pesar del miedo.

—Te quiero, te quiero y eso no lo dudes.— acuno su cara en mis manos.—Y aunque en los libros el primer "te quiero" es en un parque bajo los árboles y "perfecto"... para mi esto no podía haber sido más perfecto. —Ian, te quiero, te quiero muchísimo, lograste entrar a mi corazón de hielo, a mi corazón sin puerta, y tengo tanto miedo de perderte.—digo

MIEL Y TORMENTA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora