5. Mensaje del emperador

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Fue un lapso de tiempo demasiado corto para que ocurrieran tantas cosas. La verdad es que no sabe muy bien distinguir entre semanas, meses, o cuándo comienza o termina una estación. Puede saber cuándo ya es primavera o invierno, pero en cuestión de medir el tiempo de otra manera le es difícil... Su padre le enseñó un poco y no ponía la debida atención. Ahora se arrepiente de haber sido tan distraída.

Creyó que siempre podría posponer todo para el día siguiente, y que todo seguiría tal cual que el día anterior.

Ahora sólo sabe que en un lapso de tiempo de seis lunas llenas ocurrieron demasiadas cosas... Rompió su kimono para crear un barquito que era incapaz de flotar por más de tres parpadeos, unos soldados se llevaron a su padre, el tiempo de cosecha fue un periodo difícil, la comida comenzó a escasear aún más y el costo de las cosas era demasiado elevado, su madre enfermó de tristeza y murió.

Ahora estaba sola, completamente sola, y lamentaba el pensar tiempo atrás que su vida era solitaria y triste.

Pensaba que todo era malo y la vida le demostró que podía volverse peor.

Al menos las charlas sobre un esposo y la carga de responsabilidades le daban la oportunidad de hablar con alguien. Al menos pasara lo que pasara, al llegar la noche sus padres estaban allí en casa. Ahora todo es más triste y la soledad duele de sobre manera.

Un esposo... Al menos se ha salvado de ello, ¿No?... Ya no hay hombres que vayan a buscar a su padre. Aunque el miedo realmente no desaparece. Alguna vez su madre mencionó lo sencillo que podría resultar para cualquier hombre adulto sólo llevársela y arruinar su vida, si tenía suerte la convertiría en su esposa.

Pero tal vez su madre no tenía razón del todo. Aquellos hombres forasteros no se la llevaron, y sin embargo pudieron arruinar completamente su vida.

¿Por qué la vida tenía que ser así?

Ahora todo se ha tornado muy difícil, sabe que aquellos aldeanos que de vez en cuando le regalan alguna hortaliza es porque sienten lástima de que es la única persona que se quedó completamente sola en el pueblo. Al menos otros niños tenían hermanos, primos, tíos... Ella no.

La temporada de frío hizo doler sus huesos, y el día a día era una constante batalla para no morir de hambre.

Sin otra alternativa tuvo que vender los pocos muebles, las herramientas de su padre y la ropa y accesorios de su madre. Lo único que ahora conserva es un par de cobijas, una cubeta, una olla, tres tazones y sus palillos. 

Tres tazones con la esperanza de algún día tener comida suficiente para llenarlos. La guerra no puede durar por siempre, ¿verdad?

Y claro, también conserva su pequeño barquito de madera, su más preciada pertenencia que lleva siempre a todos lados.

Lamentablemente todo es muy costoso, el poco arroz que pudo conseguir tenía que racionarlo y luego volver a dividirlo... Ahora entiende por qué su madre era muy cuidadosa con la comida. Torpemente llegó a pensar que no quería que tuvieran su barriga llena, pero sólo pretendía que hubiese comida para el día posterior.

En un intento de obtener un poco de dinero ha intentado trabajar en cualquier cosa, pero todo deriva en un fracaso total.

Hay una mujer anciana y muy sabia en el pueblo que le ofreció la oportunidad de explicarle algunas cosas sobre hierbas, incluso le dijo que tal vez la contrataría para que ella recolecte las plantas que necesita para elaborar sus medicamentos.

Sin duda era una buena oportunidad.

Era...

¿Qué ocurrió?... Bueno, mientras ella le explicaba cómo y dónde encontrar esas hierbas, para qué servían y cómo se utilizaban, Jin salió corriendo tras una mariposa de colores a la cuál no pudo atrapar y que la hizo perderse en el bosque... Dos días.

Un destello de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora