Parte 29.- Apóstol de la Oscuridad

100 10 3
                                    



La bota izquierda de Palpatine adoptó una posición delantera. La sola pisada agrietó el suelo. Y junto con su posición de combate, pequeñas rocas comenzaron a levitar a su alrededor.

--Entenderán que ya no puedo permitirme el lujo de dejar vivos, o al menos sin una advertencia a quienes representan una amenaza –posicionó el filo de su espada de manera que éste apuntara hacia Hermione Granger--. Eso las incluye a ustedes, queridas damas.

Las dos mujeres sintieron una gota de sudor escurrir por su rostro. Su corazón latía con fuerza, listo para el primer movimiento de su adversario.

El anciano se impulsó con sus dos pies, dejando un cráter en el suelo y ningún rastro de su presencia.

--¡Hellen! ¡Arriba de ti!

La figura de una túnica negra acompañada de un brillo rojo descendiendo del techo apenas pudo ser vista por la aurora.

--¡Protego! –un escudo fue conjurado por la ministra, el cual recibió el poderoso golpe del sable de luz. El tremendo impacto debilitó el encantamiento, rompiendo la sólida burbuja en pedazos.

El hombre no cesó ahí, su espada se movió nuevamente dirigiéndose al brazo de Hermione.

La ministra no tuvo siquiera tiempo de pronunciar el nombre de su hechizo; y mediante magia no verbal, conjuró un nuevo escudo, que sufrió el mismo destino que el anterior tras cumplir su objetivo.

--¡En serio me impresionan! ¡Ni los Jedi veteranos tienen esa velocidad de reacción!

Hellen Myers respondió al comentario agitando su varita como si fuera una espada. Sus emociones se canalizaron en una poderosa magia: una bombarda, un ataque destructivo dispuesto a romper al todos los huesos de su enemigo.

Pero la velocidad de éste era tal que no tuvo dificultad alguna en simplemente hacerse a un lado. El hechizo impactó en el fondo del jardín negro, reduciendo los gruesos troncos de los árboles muertos a astillas, y abriendo un cráter en la gruesa pared.

--¡Sí que son peligrosas damas! ¡Serían excelentes inquisidoras! ¡Pero dada su errónea decisión...! ¡Mueran ahora!

--¡Expelliarmus!

El sable de luz extinguió su brillo, y fue arrebatado súbitamente de la mano del Emperador. El hombre dio un gran salto, llegando hasta el techo. Y con tan solo extender su mano, un poder invisible le devolvió a su palma la empuñadura de su espada, burlándose por completo del encantamiento desarmador.

--¡Hellen! ¡Ahora!

--¡Sí!

Mientras su adversario estaba en el aire, ambas mujeres se prepararon. Extendieron ambas manos, dibujando un triángulo con ellas.

--¡Acuti Hydragyrum!

--¡Acuti Hydragyrum!

Un metal líquido apareció al instante, el cual flotó en forma de pequeñas burbujas. El metal se moldeó hasta convertirse en afiladas cuchillas y finalmente se solidificó.

--¡Ahora!

Y sin piedad alguna, sin importar nada, todas las armas blancas fueron lanzadas.

Palpatine se vio obligado a frenar su salto y volver al suelo para defenderse. Varias de las cuchillas pasaron de largo, mientras que otras fueron rebanadas o evaporadas por el sable de luz, el cual era girado de lado a lado a una velocidad sobrehumana.

--¡Aún falta Hermione!

Hellen juntó ambas manos, controlando a distancia la trayectoria de las cuchillas que habían fallado su objetivo. El metal afilado curveó su trayectoria y se dirigió de nuevo al anciano.

Heartstopper/Harry Potter Episodio 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora