Parte 35.- Sonido mecanizado

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--Charlie amigo, por favor cálmate.

--¡No puedo Tao! ¡Por favor llévame con la enfermera ya! ¡Me duele mucho!

Era como una aguja perforándole el cráneo, ardía igual que una quemadura por toda su frente. El dolor era ya casi insoportable.

--Charlie... --Tao Xu no tenía idea de qué hacer, se sentía inútil viendo a su amigo doblarse de sufrimiento sin poder tomar acción--. ¡Ya sé! ¡Te haré levitar hasta la enfermería! ¡Tal vez pueda...!

--Tao en serio. Creo que sería mejor traer a la enfermera aquí. O a alguno de los profesores. No aguanto. ¡Mierda! ¡En serio duele!

Y de pronto ocurrió.

El dolor cesó sin previo aviso. Su mente estaba en calma. Su frente ya no quemaba.

Igual que un algodón tocándole la frente, o una fresca brisa acariciando su alma, Charlie se alivió de la nada.

Una enigmática mejora. Un indoloro pensamiento.

--Tao espera. Creo que... ¿está dejando de dolerme? –se tocó la frente para corroborar que no estuviera alucinando--. Oye, en serio amigo. No creas que estoy loco o lo hice para llamar la atención. Aunque tal vez sea buena idea ir a la enfermería.

Pero su amigo no respondía. Permanecía inmóvil. Únicamente de pie, viendo a las frías paredes de piedra del castillo.

--Oye Tao, ¿me estás escuchando? La cabeza dejó de... --y tras poner una mano en el hombro de su amigo, el cuerpo de éste se desplomó sin más, impactándose contra el suelo y golpeando su nuca contra la piedra--. ¿Tao? ¿Tao estás bien? ¡Tao despierta! ¿Qué te ocurre?

Los ojos del chico estaban cerrados, su respiración era lenta y calmada. Su piel aún conservaba su color.

Y de una de las mangas del uniforme del inconsciente estudiante, una larga línea negra brotó. Un enorme insecto emergió arrastrando sus múltiples patas y meneando sus antenas descaradamente en la mano de Tao.

El ciempiés se movía. De un lado a otro.

Directo a la oscuridad del pasillo.

Charlie preparó su arma mágica, apuntando a lo que fuera que se ocultaba en las sombras.

No había hielo, ni viento helado.

Sin embargo, un terror absoluto lo invadió.

Temblor. Muerte inminente.

Todas las sensaciones le llovían sin piedad.

La piel de Charlie le advertía, mientras un discreto movimiento en su cabello comenzaba a llamar su atención.

Y antes de que el muchacho Slytherin pudiera reaccionar, una helada mano tiró de su pelo, mientras que un pequeño y puntiagudo objeto rozaba la piel de su cuello.

--Shhh Shhhh mi pequeño Slytherin –la misteriosa figura deslizaba su palma y dedos por los rizos del indefenso Spring--. Coopera. Coopera o te mueres aquí mismo.

El timbre de voz era profundo, pero característico de un adolescente. Era inconfundible.

--¿Ben?

--¡Cállate! –susurró--. ¡Cállate o evaporo todo el castillo ya mismo!

--Tao... ¿Qué le hiciste a Tao?

El ciempiés regresó ondeando su largo cuerpo a través del suelo, subiendo por la pierna de Ben y aferrando las diminutas patas a la tela del desgastado uniforme de Hope.

Heartstopper/Harry Potter Episodio 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora