Parte 37.- Caballeros de luz

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Una intensa mirada. Fría. Roja.

Un enorme cañón grisáceo apuntando contra su rostro.

Charlie Slytherin aceptó su destino, cerrando fuertemente los ojos para recibir el disparo del Dark Trooper, interponiendo su cuerpo entre la letal arma y Nick Nelson.

--¡Charlie! ¡Espera! ¡No! ¡Charlie! –gritaba Nick Gryffindor

El robótico dedo índice finalmente tiró del gatillo, liberando con toda su potencia el inmisericorde láser.

Todo era negro para el muchacho. Todo se había vuelto silencioso.

Pero su respiración, aún seguía con él. Su aliento aún podía ser exhalado.

--¿Charlie?

Y mientras el muchacho Slytherin abría lentamente sus ojos, lo que pudo observar lo dejó atónito.

El disparo láser en efecto había sido lanzado. Pero la muerte dio marcha atrás en un misterioso suceso.

El proyectil rojo permanecía suspendido en el aire, incapaz de avanzar hacia su objetivo.

--¿Qué es...?

Y en lo que parecía imposible, el láser fue devuelto hacia el androide.

El Dark Trooper bajó su arma y simplemente apartó la mirada de sus indefensos objetivos. Sus ojos rojos examinaron todos los alrededores del castillo, incluyendo el cielo.

--¿Qué es eso? No entiendo nada --exclamó Charlie Slytherin aún presionando su abdomen para detener el sangrado.

Tomó la mano de Nick, totalmente indispuesto a abandonarlo. Entrelazando ambos sus dedos.

--Yo tampoco comprendo. No conozco un hechizo que pueda hacer algo así. Es como si el tiempo se hubiera invertido. ¿O fue un encantamiento levitatorio? –respondió Nick Gryffindor.

Los caminantes imperiales cesaron sus disparos. Y los stormtroopers su marcha, dirigiendo todos su armamento hacia el techo del castillo.

--¿Qué es lo que están viendo? ¿A qué le apuntan? –preguntó Ron Weasley, haciendo presión sobre su brazo lastimado y pasando deliberadamente al lado del distraído androide.

Y finalmente ocurrió.

Un efímero destello verde.

Una eliminación perfecta. Un perfecto corte a lo largo del metal.

El Dark Trooper fue cortado a la mitad en un instante. Separando su corpulento torso de sus poderosas piernas, reduciéndose a nada más que chatarra.

Sus luminosos ojos rojos cesaron sus funciones, perdiéndose en una vacía e inerte mirada negra.

Ron Weasley asomó la mirada por fuera de la puerta. Dirigiendo su atención hacia el techo de Hogwarts. Hacia aquello que los atacantes apuntaban.

--¿Quién? ¿Quiénes son ellos? –se preguntó en voz alta

--¿Quiénes profesor?

Una figura misteriosa. Dio un gran salto desde lo alto del castillo.

Y frente a Ron, Nick y Charlie, un hombre había aparecido. Su rostro estaba cubierto por una túnica. Y de su espalda, ondeaba una capa desgarrada, atada a una armadura de hombreras blancas.

--Tú... --susurró Charlie Slytherin--. ¿Quién eres tú?

A lo lejos, varios Dark Troopers perdían sus extremidades robóticas. Cortadas una tras otra por un destello verde.

--Te conozco... siento que te conozco –se dirigió nuevamente a él Charlie Slytherin.

Y en un rápido movimiento, el hombre desapareció. Añadiéndose al resplandor verde, una llamativa luz rubí comenzó a verse en el campo de batalla.

--AX-12 ¿Quiénes son ellos? –preguntó Nick Z

Los dos caballeros se impusieron frente a los caminantes imperiales, cada uno con un arma de lo más peculiar. Cada uno con una hoja de luz brotando de un mango plateado. Uno verde, el otro rojo.

--¡Disparen! –ordenó uno de los stormtroopers.

Cada proyectil escarlata fue bloqueado por estas armas luminosas. Cada disparo dirigido de vuelta al stormtrooper que lo había iniciado.

Los caballeros se defendían con gracia y eficiencia. Sin importar si el disparo venía de arriba, de la derecha o de frente, ninguno impactaba en ellos.

Y en cuanto los caminantes accionaron sus potentes armas, los dos defensores desaparecieron del suelo, dejando nada más que una capa de humo como silueta.

Un gran salto habían dado. Cada uno en una dirección distinta.

El chico de sable rojo lanzó el mango de su arma hacia su compañero, quien recibió el arma con gran coordinación e inició un rápido movimiento en espiral.

Cada giro llevaba un tinte verde y rojo. Cada giro destrozó el metal de las articulaciones de los caminantes. Cada giro, trayendo consigo un faro de esperanza.

--¡Increíble! –dijo Nick Gryffindor con el brillo volviendo a sus ojos.

Y en tan solo un abrir y cerrar de ojos, dos de los caminantes restantes cayeron.

Aquel caballero desprovisto ya de su arma roja, lanzó desde las yemas de sus dedos, una potente ráfaga de relámpagos que envolvió a cada una de estas máquinas de matar.

--¡Perdimos a los AT-ST! ¡Todos regresen a...! –el stormtrooper al mando fue incapaz de terminar la oración en cuando un corte apareció en su pecho.

Y uno a uno, los soldados de armadura blanca cayeron. Presas de estas luces intermitentes.

--¡Retírense! ¡Todos retírense!

Y finalmente, ambos guardianes levantaron una de sus manos, estrujando con sus dedos algo invisible, y despedazándose al mismo tiempo, la poderosa coraza de los Dark Troopers restantes.

--En serio... ¿Los eliminaron a todos? –preguntó Draco viendo el espectáculo desde el lomo de su dragón.

Y de los escombros de esta batalla, dos personas se erguían victoriosas frente a las puertas del castillo de Hogwarts.

El chico del sable verde, con su rostro aún oculto, se acercó a los convalecientes Nick y Charlie, extendiendo sus manos y sanando en cada uno las heridas mortales causadas por la batalla. Era una magia de lo más extraña. Sin varita, sin conjuro... el dolor finalmente cesó y la sangre ya no fue más.

El muchacho de sable rojo se arrodilló frente a Charlie Slytherin, dando su mano cubierta por un guante negro en señal de amistad.

--No tengas miedo Charlie. Hemos venido a ayudar.

--Esa voz... te conozco.

Y retirándose la túnica de su rostro, este noble caballero finalmente mostró su cabello rizado y sus delgadas facciones.

--Mi nombre es Darth Kairyum. Aunque ya casi todos me llaman Charlie Spring otra vez. Y él es mi compañero –dijo señalando al sanador--. El caballero Jedi Nick Nelson.

Una enorme sonrisa apareció en el rostro de Charlie Slytherin, mientras en Nick Gryffindor, un enorme brillo en sus ojos aparecía, su admiración crecía mientras el Jedi se descubría la cabeza, mostrando un rostro totalmente idéntico al de él, iluminado por el crepúsculo del noble atardecer.

--Están a salvo chicos –declaró Kairyum--. Pero no por mucho. Palpatine viene hacia acá. Tenemos que estar listos.

Y tras estas palabras, una enigmática energía morada emanó desde el techo del castillo, dibujando en el cielo una enorme burbuja que cubrió a todo el castillo de una energía violeta; que envolvió a Hogwarts en un noble escudo de esperanza.

Heartstopper/Harry Potter Episodio 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora