Parte 27.- Tic... Toc...

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Las llamas de la chimenea mágica se extinguieron para otorgar a Hermione Granger y Hellen Myers, dejando como restos una insignificante cantidad de Polvos Flu.

Las oficinas del Ministerio de Magia estaban desiertas. Un incómodo silencio reinaba en ellas. "Tic... Toc... Tic... Toc..." el discreto sonido de los relojes ahora parecía un descarado grito de burla a las indefensas mujeres.

--¿Dónde están los aurores? Dejé a dos de ellos para que montaran guardia.

--Tal vez hubo otra urgencia Hermione. Nosotras también hemos sido apresuradas al no volver a Hogwarts después de lo de la nave. En serio quería ver el encuentro entre los muchachos.

--Si hubiera una urgencia, tenían la obligación de enviar una lechuza para informarme. El Congreso Internacional de Magos escogió el día más inoportuno para llevarse a cabo.

Un discreto polvo, tan negro como el carbón, estaba embarrado por todo el corredor, junto con una repulsiva viscosidad negra.

Hermione y Hellen recorrieron los pasillos, siguiendo el rastro de esa extraña suciedad. Las oficinas destacaban por la ausencia de sus trabajadores. La papelería perfectamente ordenada sobre los escritorios. Y las plumas mágicas, reposando sobre los tarros de tinta negra. Los aurores habían dejado sus lugares de trabajo impecables antes de dirigirse a la reunión de la Confederación Internacional de Magos.

"Tic... Toc... Tic... Toc...". Vacío. Desierto. Los dos subordinados que habían de permanecer al cuidado de las oficinas, no estaban. No había rastro de ellos.

--¿Las escaleras? –Hellen se percató de que el extraño polvo negro había emprendido su camino hacia los niveles superiores. No era una simple corriente de aire. Los trazos de su recorrido eran perfectos.

--No debimos de haber salido inmediatamente sin volver a Hogwarts y no haber hablado más con la doctora Herin y el soldado AX-12. En serio tengo más preguntas que respuestas. Solo tomemos los informes de mi oficina y larguémonos de aquí. La Confederación Internacional de Magos debe saber lo que está pasando.

--Hermione... --susurró Hellen--. ¿Escuchaste eso?

Ambas prestaron mejor atención al silencio. Pero éste había sido profanado por otro extraño ruido: "Tup... Tup... Tup..."

--¿Pasos?

Granger comenzaba a verse intranquila. Hellen Myers no había sentido en mucho tiempo el sudor en las manos.

--Deben ser los aurores que dejaste de guardia. Tal vez solo...

--Por favor escucha Hellen. Los aurores tienen la obligación de estar en la entrada vigilando a cualquiera que se acerque. Esos pasos... son de alguien más.

"Tic... Toc... Tic... Toc..." Hermione había dejado de inhalar sin darse cuenta. El miedo paralizó su respiración momentáneamente. "Tup... Tup... Tup..."

--Hermione por favor... tal vez no sea necesario tomar los documentos de tu oficina. Tal vez solo...

--Sin esos papeles no me dejarán siquiera acercarme a la reunión y todo lo que yo pueda advertir será solo palabrería. Yo subiré primero para recuperar los papeles. Pero si algo me pasa, tú tienes que irte ¿Quedó claro aurora?

--Sí. Su excelencia.

Pisaron el primer peldaño de las escaleras. El polvo negro se levantó del suelo antes de volver a caer a sus pies.

Ambas sostuvieron sus varitas con una mano en extremo temblorosa. Algo las inquietaba. Era una presencia, frente a la que el beso del Dementor parecía apenas algo ridículo.

Heartstopper/Harry Potter Episodio 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora