Sheev Palpatine emergió desde los escombros subterráneos de las oficinas del ministerio, alcanzando finalmente los rayos del sol. Un gigantesco cráter se había formado en una de las calles de Londres. El gran ministerio británico de magia, escondido en el subsuelo, ahora no era más que una tumba burlesca para el orgullo de la comunidad mágica.
El anciano dio una pequeña caminata, pasando por una destruida cabina telefónica que antes sirvió como la entrada secreta de los magos al edificio. Sus botas pisaban los escombros igual que habían pisoteado a sus rivales.
Y en sus manos, sostenía un pequeño y alargado objeto. La varita mágica de una de sus recientes rivales. Manchada por la suciedad dejada por la batalla, el objeto mágico ahora se deslizaba entre los infames dedos del Emperador.
--Lord Sidious. Apóstol de la Oscuridad –lo alabó el muchacho con el uniforme de Slytherin.
Ben Hope y Andrew Allen ya esperaban a su amo a las afueras del edificio. Hope se inclinó sin duda alguna, mostrando una férrea lealtad. Mientras tanto, Allen lo hizo por mera obligación y miedo a las represalias.
Dos guardias imperiales, vestidos con una armadura completamente roja y una capa del mismo color se acercaron a la zona, imitando la acción de los otros dos siervos.
Los pasos del demonio cada vez eran más cercanos, igual que su abrumadora presencia.
Andrew Allen de pronto sintió una caricia en el pelo. La mano se deslizó por su cara hasta llegar a su barbilla.
--Andrew... --pronunció Palpatine levantando con su mano la vista del arrodillado hombre--. Sé que tienes miedo. Pero pronto te mostraré que tomaste la decisión correcta. Pronto terminaré aquí y recibirás tu pago. Mis destructores estelares te servirán para que puedas diezmar a la comunidad muggle como te plazca. Tranquilo, te daré una demostración para que contemples el cumplimiento de mi palabra. ¡Todos de pie!
Ben Hope y los otros hombres acataron la orden, con sus ojos procurando no hacer contacto con los del Emperador por mero respeto.
--Querido Ben... extiende la mano --Palpatine entregó un dispositivo con luces parpadeantes, parecido a un reloj de muñeca, poniéndolo en la mano del muchacho--. Es hora de que reclames tu premio. Un grupo de mis soldados seguirán tus órdenes. Lleva un escuadrón de caminantes imperiales a Hogwarts, obtén la espada de Godric Gryffindor para mí, y después usa al ejército como te plazca para capturar a Charlie Spring. De esa manera, quedará pagado lo que te prometí cuando me contactaste en el primer ritual durante la Noche de Walpurgis. Él será tuyo y no tendrá opción alguna. ¡Guardias! ¡Escóltenlo!
Y así se hizo. Los dos hombres de armadura roja acompañaron al muchacho al transbordador imperial carmesí aparcado en la calle.
Varias personas comenzaron a correr tras ver cómo el muchacho y los dos guardias se acercaban hacia ellos. Tras ver al desfigurado y grisáceo demonio que había emergido desde las profundidades no hubo niño que no comenzara a llorar, mujer que no contuviera los gritos ni hombre que no retrocediera.
--Mi Lord... --exclamó Andrew preocupado--. Los muggles nos han visto. La batalla ha llamado demasiado la atención. ¿Qué debemos hacer?
--Eso ya no importa, aprendiz mío. Ven conmigo al espacio. Te mostraré el poder que pronto será tuyo –hizo levitar por encima de su mano la varita obtenida de su previa batalla--. ¡Te mostraré el grave error que cometieron tus autoridades mágicas de mente cerrada al negarse al poder de la tecnología! –y acto seguido, cerró el puño, haciendo pedazos la levitante varita de Hellen Myers.
Palpatine extrajo de su bolsillo un objeto en forma de disco, que portaba luces parpadeantes igual que el reloj entregado a Ben.
Tras presionar un botón, la imagen holográfica de un hombre apareció frente al rostro del Emperador.
--Almirante Tarkwon... Reporte del estado de la flota.
--El destructor estelar acorazado Eclipse II arribó hace dos semanas su majestad, y el resto de los destructores estelares escolta están en posición. Esperamos sus órdenes.
--Entonces es el momento. Coloque todas las naves en posición. Prepare el cañón Kyber de la Eclipse II. Inicie el Protocolo Muerte de Walpurgis
--Entendido mi Lord.
El almirante Tarkwon acató la orden del otro lado del comunicador. Presenciando una vez más desde el espacio, a aquel inocente planeta azul antes de sumergirlo en el terror absoluto.
--Preparen el cañón Kyber, apunten hacia las instalaciones de la Confederación Internacional de Magos. Ignición mínima. Disparen cuando estén listos.
--¡Sí almirante! Comiencen la ignición primaria.
Los imponentes destructores estelares ahora parecían diminutos frente a esta monstruosidad tecnológica, parecían diminutos frente a este nuevo vehículo, capaz de eclipsar la luz de cualquier cuerpo celeste.
Esta gigantesca nave recubierta de un resistente blindaje negro giró su proa, apuntando su enorme cañón principal al continente europeo.
Y con cada kilómetro que la Eclipse II se movía, una luz violeta recorría toda su estructura, dirigiendo su energía hacia el arma de Kyber.
--El arma principal de la Eclipse II está cargada almirante. El edificio en Berlín está en la mira.
--Quemen a todas esas brujas. ¡Abran fuego!
La energía violeta acumulada en el cañón fue liberada, desatando consigo una incontrolable furia en forma de un luminoso proyectil dirigido hacia un específico punto en la Tierra.
![](https://img.wattpad.com/cover/305627265-288-k394652.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Heartstopper/Harry Potter Episodio 2
Fanfiction¡Un pegaso necesita ayuda! Dos meses después del ataque al castillo de Hogwarts por parte de un probable mortífago, la escuela reanuda sus actividades normalmente. Sin embargo, Rubeus Hagrid se topa con un incidente que puede poner en sobre aviso a...