17

30 12 66
                                    


Dormí cómodamente hasta que algunos ruidos sutiles me despertaron. Ví a Lunna salir del baño vestida con pantalón y calzado negro y una camisa blanca. Platicaba a susurros con Kevin quién seguía en cama observándola arreglarse. Ella le tendió una pequeña corbata y el afrodescendiente se encargó de hacerle el nudo, cuándo estuvo lista se la devolvió y ella se la acomodó en el debido lugar, la ajustó y por último se colocó un chaleco café. Al final de su esfuerzo, Lunna lucía bastante elegante y linda.

La peliblanca se acercó a Kevin, le agradeció su ayuda, lo arropó y depositó un pequeño beso en su frente. Rodeó la cama para llegar con Brian, le hizo algo pero no ví qué, luego se dirigió a mi litera, se asomó en la parte de arriba con Roger, pisando mi colchón para alcanzarlo y por último se dirigió conmigo; me arropó hasta el cuello, acarició mi cabello y depositó un beso en mi coronilla mientras que yo fingí estar dormido.

Lunna terminó saliendo de la habitación con un abrigo en su mano. Dijo que iba a ir a trabajar, entonces no me pareció extraño que saliera temprano. Lo que me distrajo, fue la forma en que nos trató, ¿por qué nos había arropado así? ¿Así es con todos o solo con nosotros? Tal vez era su instinto materno descargado. Además ella había dormido en una habitación con puros hombres, el cuál ninguno de ellos era su pareja. ¿Acaso no le importó? ¿Confiaba tanto en nosotros como para compartir la habitación?

Miré a Kevin, él volvía a dormirse. No sabía qué hora era, pero preferí unirme a él y seguir con mi sueño.

Supongo que horas más tarde desperté, Kevin nos ofreció toallas para tomar una ducha, cosa que los tres hicimos. Nos arreglamos y el chico afrodescendiente nos guió hasta el comedor en la parte de abajo, donde ya se encontraban Alex y Connor en la cocina preparando el desayuno. En el comedor reinaba el delicioso aroma del café, a decir verdad, moría por una taza.

—Me alegra que estén aquí— comentó Alex.

—Si es lindo— concordó Connor, quién nos distribuyó un plato de huevos con algunas verduras frente a nosotros y el café que tanto esperaba.

—Ah... Gracias... Es que yo...— Brian habló un poco apenado —Yo soy vegetariano.

—¡Oh! Debe de haber algo que pueda hacer...— comentó Connor desde la cocina.

—No es necesario, puedo acompañarlos...— alegó Bri.

—¿Bromeas? Todos vamos a desayunar bien.

Después de unos minutos, Connor volvió con el platillo que preparó especialmente para Bri.

—Muchas gracias— agradeció él.

Y así, disfrutamos de un basto desayuno con esos tres chicos.

—¿Y cómo va todo?— preguntó Kevin.

—Bien... Aún seguimos acoplándonos.

—Ya lo creo... Sé que no es sencillo, mucho menos con el actual estado de ánimo de Lu...

—Por cierto, ¿Cómo está?— irrumpió Bri —Me refiero a que perdió a sus hijos y... No debe ser fácil ni para ella ni para su esposo.

—Ah... Bueno... Por eso les agradecemos la oportunidad que le dieron de trabajar con ustedes. Nos fue muy complicado sacarla de su cama, pero en cuanto lo hizo Kevin la amenazó y le dijo: "Si no llamas a Brian y le dices que vas a trabajar con ellos, te sacaré de esta casa y no volverás a entrar"— nos platicó Alex personificado a su amigo —Sé puso algo rudo el Kev— agregó divertido.

—Pero funcionó ¿no?— se defendió el chico —Y ahora que sale con ustedes, la veo más animada, cantando todo el tiempo, tocando el piano, estudiandolos... Creo que está saliendo bien.

En Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora