41. Malestar

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Will

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Will

Sinceramente, no estaba de humor ni para compartir oxígeno con nadie. No sé ni lo que sentía por dentro, era algo similar a lo que experimenté cuando Vanessa y yo rompimos. Sin embargo, había una gran diferencia. Yo sabía por qué se acostó con el idiota con tutú y no era porque no sintiera nada por mí.

     El motivo era Evans.

     En ese momento, la incertidumbre crecía y me consumía, pero eso debía esperar. Tenía otros asuntos pendientes.

     Si el Tártaro había sido una pocilga, el callejón justo detrás era peor. Si has salido de un club por la parte trasera, ahí es donde suelen tirar la basura y están tanto los borrachos meando como las ratas. Yo estaba a la espera.

     Entonces, sentí cómo alguien me tomaba del brazo y todos mis sentidos se activaron. Giré la cabeza y me encontré a una chica. Me resultaba familiar, pero no tenía idea de dónde pude haberla conocido.

     —Hola, colmillitos.

     Sonrió detrás de sus gafas de sol con forma de llamas. Se acercó más e invadió mi espacio personal. Yo me alejé con rapidez de su agarre. La muchacha en cuestión era guapa. A decir verdad, su imagen se parecía a la tuya, aunque mucho menos atractiva, claro.

     —Vamos, no seas frío —me pidió.

     Casi me hizo poner los ojos en blanco y ella frunció los labios.

     —Creo que me confundes con otro... —dije, sin hacer un gran esfuerzo en reconocerla.

     —En serio, Wolf. Fue una noche inolvidable.

     Me moví para mirarla mejor. ¿Cómo se llamaba? ¿Anya? ¿Amalia? Ni idea. Olvido rápido los nombres que no me interesan. Sé que me acosté con ella antes de conocer a Vanessa y que fui claro en cuanto a lo que quería, hasta ahí llegan mis recuerdos.

     —Gracias, linda —contesté en un tono seco—, pero justo ahora estoy esperando a alguien.

     —¿Es una mujer? —me preguntó y se colocó las gafas en el pelo, dejando bien a la vista sus ojos—. He escuchado que ahora solo te gustan las rubias, ¿es verdad?

     —Te saco de dudas. La respuesta es no para ambas.

     —Mejor para mí —respondió, con voz susurrante.

     —Pierdes el tiempo conmigo —la rechacé a las claras—. Será mejor que te marches.

     —Con lo cariñoso que estabas la última vez...

     Me fijé en sus ojos, verdes como los cristales de una vidriera y más oscuros que los de Aurora. Mierda, debería haber pensado en Vanessa y no prestar atención en esos detalles...

Hecha de Estrellas (TERMINADA, editando borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora