52. Invitación

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Mi padre no me daba miedo, pero sí le respetaba

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Mi padre no me daba miedo, pero sí le respetaba. Quedé con la mente en blanco mientras pensaba en algo para que no me castigara hasta el día de su muerte. Will condujo rápido y tardó poco en llegar a mi casa, lo cual agradecí porque cada minuto que pasaba yo lo sentía como un clavo en mi ataúd.

—¿Qué hace Emily ahí? —preguntó él.

Me incliné hacia la ventana para verla en el porche, hablando con mi padre junto a la puerta. Incluso de lejos, se notaba cohibida. La conversación no debía ser muy agradable. Empecé a imaginarme por qué mi amiga estaba ahí desde tan temprano.

—Quizás —comencé—, solo quizás... puede que mi padre creyera que estaba en su casa. Gloria sabía dónde me encontraba, pero Emily no.

—¿No pediste a tu amiga que te cubriera?

—No tengo el móvil y ella me dejó el suyo antes de marcharse. Tampoco pensé que... —Me cubrí el rostro con las manos y solté un suspiro—. No puedo estar más sin teléfono.

—Te voy a regalar uno nuevo —bromeó o eso pensé.

—Vale —le seguí el juego.

—¿Funda rosa?

—A poder ser.

Will reprimió una sonrisa. Después de eso, aparcó junto al bordillo, apagó el motor y abrió la puerta.

—¿Qué haces?

—Voy a hablar con tu padre —dijo con voz tranquila, todo lo contrario a mí.

Tenía la opción de pedir que arrancara y huir por carretera como Thelma y Louise o enfrentar la situación. Ambos bajamos del auto y nos dirigimos a la entrada. Mi padre también se acercó con Emily siguiendo su paso.

—Aurora —me llamó él.

Tragué saliva con dificultad antes de abrir la boca.

—Papá.

—William. —Clavó los ojos en el pelirrojo.

—Señor Evans —contestó Will, su tono calmado seguía ahí.

—¿Emily? —me dirigí a ella.

Nos saludó con timidez. Estábamos en la puerta principal de mi casa, la cual permanecía abierta. Seguro que Gloria y mis hermanos estaban con la oreja puesta. Papá nos miró con el ceño fruncido y los puños en las caderas.

—Llevo 30 horas de guardia en el hospital —nos explicó—, solo quería llegar a casa y acostarme. Gloria me dijo que te quedaste a dormir con Emily, así que iba a descansar cuando, de pronto, llama tu amiga a la puerta. Ella ni siquiera sabía dónde te habías metido.

—Lo siento —intervino Emily, acongojada—. Es que tú tenías mi móvil y debo subir un video que hice para una colaboración de pago con una marca. Intenté encontrarte, pero se hizo tarde y me marché a casa de Derek.

Hecha de Estrellas (TERMINADA, editando borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora