46. Espíritu Adolescente

4.2K 234 49
                                    

Enrollarme con Will no entraba dentro de mis planes, pero sería estúpido decir que aquello no se estaba poniendo bueno

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Enrollarme con Will no entraba dentro de mis planes, pero sería estúpido decir que aquello no se estaba poniendo bueno. Me abrió la boca con besos, tocó mi lengua con la suya y tomé aire. Entonces, dejé escapar un gemido entrecortado.

     —Verdammt —murmuró Will entre dientes.

     Su boca perfecta me recorrió la garganta y ahogué otro suspiro. Colocó los labios en la porción de piel que se le antojaba. Me encendí por dentro. Aquello estaba mal, pero se sentía bien. Cada toque era lento, provocaron que mi corazón latiera más rápido. Bajó por mi clavícula hasta el nudo de la capa, enredó un dedo en el bucle y sonrió mostrando los colmillos.

     —¿Se supone que eres Caperucita Roja?

     —Al fin, alguien lo dice.

     —Llevo toda la noche pensando si esto era por mí —dijo antes de tirar del cordel para deshacer el nudo con facilidad. La prenda cayó por mi espalda.

     —Podría decir lo mismo —respondí con los labios hinchados por la intensidad del momento.

     Hice lo mismo con el pañuelo, terminé por quitárselo. Así pude hacer lo que tanto quería, enterrar los dedos en su espeso cabello y disfrutar. Definitivamente, Will me gustaba demasiado. Nos besamos con una nueva intensidad, espoleados por el deseo de calmar el calor que sentíamos. Seguí con ese balanceo, un dulce placer para mí y una pequeña tortura para él. La parte más íntima y sensible de mí rozó su necesidad.

     Me agarró de la cintura y me detuvo las caderas. Nos separamos con las respiraciones hechas un caos, nuestras narices se rozaron y ambos nos miramos. El oxígeno de la habitación se agotó. La oscuridad me salvaba de mis inseguridades, pero seguía viendo a Will y cómo este devoraba cada curva de mi cuerpo. Me desarmó, no pude evitar sentir un cosquilleo en el vientre al percibir ese brillo de deseo. Nunca imaginé que alguien pudiera verme de esa forma.

     —No me hagas esto —susurró con la voz afectada.

     —¿No quieres continuar? —cuestioné, el alcohol hablaba por mí.

     Me apretó contra su entrepierna y escuché cómo gruñía. Tragué duro, también me di cuenta de la prueba de lo mucho que le gustaba mi cuerpo. Los pantalones de cuero no le daban oportunidad de ocultar su erección.

     —Ahora mismo, todo lo que puedo pensar es en acariciarte y besarte. Pero estás borracha y ya nos hemos dejado llevar demasiado.

     ¿Por qué tenía que poseer un mínimo de decencia humana?

     Me alejé un poco y eché un vistazo a su torso sin ninguna tela que lo ocultase. Los pectorales eran planos y cuadrados, con los contornos redondeados. Además, la piel tenía cicatrices dispersas que creaban surcos irregulares. Recuerdos de posibles peleas callejeras. Conté demasiadas.

Hecha de Estrellas (TERMINADA, editando borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora