Tenía unos mensajes de Luke informando que en un rato estarían en el club. Iba a una fiesta en la que no quería estar con dolor de pies y tendría que comer. Mi esfuerzo por mantener la dieta equilibrada se iría a la papelera.
En mi lista de cosas que hacer antes de morir no estaba pasar otra noche en un bar de mala muerte, escuchando a saber qué música y respirando más humo que aire. William se acercó a su coche e hice lo mismo.
Cuando fui a coger el pestillo de la puerta, él me detuvo y habló:
—Te traigo un regalo. —Del asiento trasero, cogió la gorra negra que le había visto en alguna ocasión.
Agarré la prenda entre mis manos y enarqué una ceja antes de ponérmelo.
—Está bien —acepté acomodándome en el asiento—. ¿Esto forma parte de tu plan?
—Correcto, vas a subir una foto con ella en Instagram.
Suspiré y abrí la aplicación. Era mejor hacer una story con la gorra, así que puse la cámara interna y me saqué una foto, intentando mostrar una sonrisa convincente, que se notara la inversión en brackets. Vanessa podría verlo porque mi cuenta era pública o se lo pasarían mediante los cuchicheos, también reconocería la gorra y a mí en el auto de Wolf.
—A poder ser —comentó él—, con una cara menos enojada. Si frunces tanto el ceño, te saldrán arrugas.
—Ayúdame —le pedí—. Hazme tú las fotos.
A regañadientes, Will aceptó hacerle las fotos. Posé con la gorra, tratando de lucir lo más natural posible mientras Will ajustaba los ángulos. A pesar de mi disgusto inicial, me sorprendió al descubrir que me estaba divirtiendo un poco con la situación. Después de varias tomas, Will extendió una mano:
—Un segundo —indicó mientras su dedo índice me alzaba la mandíbula—. Mírame.
Mi cara se calentó como si me hubieran acercado una estufa. Él tuvo que notarlo porque giró su rostro, su boca se curvó en una sonrisa con una expresión maliciosa. De pronto, tomó una foto rápida. Le di un golpe juguetón en el brazo.
—¡Ey, no estaba preparada! —exclamé, tomé el móvil de vuelta y comprobé la foto—. Me veo mal.
—Estás perfecta. Se te ven muy bien las pecas —contestó, pero seguramente lo dijo para que nos diéramos prisa, pero me hizo sentir bien.
—¿Podemos hacer otra juntos? —Mi voz sonaba bajita y algo más aguda de lo normal, me entraron ganas de bajar la ventanilla y tomar aire.
—Nah, ya tenemos suficientes —dijo arrancando el coche.
El coche comenzó a desplazarse. Mientras él manejaba, yo publiqué la foto donde se apreciaba su mano en mi mandíbula y las pecas. Creo que hacía bastante que no subía nada a Instagram por aquel entonces. Mi cuenta consistía en fotos de mí en mallas y leotardos haciendo poses complejas, recuerdos de pequeños viajes familiares y algunas cuantas con mis amigos. Varias personas lo habían visto, pero ninguna era Vanessa. Una vocecita maligna decía ¨ya lo verá, ya lo verᨠen un tono como de villano Disney frotándose las manos.
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Hecha de Estrellas (TERMINADA, editando borrador)
JugendliteraturAunque estudian en el mismo instituto, Aurora y Will son de mundos distintos. Sin embargo, hay algo que les une: la venganza contra sus ex. ¿Qué es lo que pasa cuando a la chica buena le toca sentarse al lado del chico malo en la clase de Biología...