Aunque estudian en el mismo instituto, Aurora y Will son de mundos distintos. Sin embargo, hay algo que les une: la venganza contra sus ex. ¿Qué es lo que pasa cuando a la chica buena le toca sentarse al lado del chico malo en la clase de Biología...
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Mi abuela nunca escatimaba en gastos. Ese año había organizado un montón de mesas redondas en la bodega, contratado un servicio de catering y preparado un escenario para un cuarteto de cuerda. Ella misma se encargó de recibir a los invitados con una sonrisa radiante en la entrada.
Las notas de la música flotaban en el aire, se mezclaban con las risas y los murmullos de los invitados. El bar estaba al fondo, bastante abarrotado. Me hice paso entre las mesas cubiertas de manteles blancos y las sillas de respaldos dorados. Un farol blanco colgaba sobre cada centro de mesa con flores frescas. Todo olía a roble, uva madura y verano.
Will odiaba bailar casi tanto como Blanca. Al menos, pude hacerlo con Eric antes de que volviera con papá. Había echado de menos unos minutos para mover el cuerpo.
Cuando estaba con Will, su mano siempre permanecía en mi cintura, la espalda baja o cogiéndome de la mía. El tiempo se alternaba entre ratos de incomodidad y diversión mientras bailaba con mis hermanos. Algunos encuentros con parientes eran más soportables que otros; sin embargo, Will se mantenía a mi lado mientras intentaba fingir que no me dolía decir que era mi ¨novio¨. Empecé a ingerir vino como si fuera mi gasolina para hablar. Cada presentación se desarrolla más o menos así:
—William, esta es mi tía Caroline.
Caroline, con un vestido elegante y una copa de vino en la mano, nos miró detenidamente. Era conocida por su mirada perspicaz y su lengua afilada. Sin embargo, no pudo evitar un suspiro de impresión. Will tenía un efecto extraño en las MILF.
—Es raro verte tan bien acompañada. Por un momento pensé que Mary estaba bromeando sobre que este año vendrías con alguien.
Él llevaba una sonrisa discreta y casi burlona cuando tomó la palabra:
—Como puede ver, no lo era. Estoy encantado de estar aquí y acompañar a mi chica en esta ocasión para conocer a su familia.
Parecía educado, si ella supiera cómo podía llegar a ser....
Tía Caroline continuó observándonos con una expresión casi amigable. Sabía que había más por venir y ella no me decepcionó.
—Tengo que decirte que tienes suerte de haber conocido a mi sobrina. ¡Cómo han cambiado tanto las cosas desde la fiesta del año pasado! Mi hija ya se ha casado con un CEO de una multinacional. —Sonrió con orgullo.
Amelia era su hija, es decir, mi prima segunda. No me gustó cómo se quedó observando a Will, como si fuera el último trozo de tarta del mundo. Por suerte, ese regusto amargo duró un segundo porque él parecía más entretenido en acariciarme el brazo por la parte interna, siempre mirándome.
—Y Aurora aquí —continuó con burla—, con un joven apuesto a su lado. Espero que no estéis pensando en casaros ahora mismo, como si fuerais tan mayores.
