⊰Capítulo 32⊱

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Sus ojos se abrieron de forma abrupta.

A su mente llegaron diversas imágenes; rodando y rodando ante sus ojos, como un carrusel sin final que era acompañado de diversas voces que no eran coherentes. Hasta que se asustó en su inconsciencia, por fin despertando del profundo sueño.

Su cuerpo estaba sobre el duro y frío suelo. Sus ojos únicamente podían mirar al lejano techo que se cernía sobre su cabeza, sobre su mirada.

El viento recorría por completo su cuerpo; sentía escalofríos en cada parte de su piel, de sus huesos, incluso, los temblores estaban presentándose. Por más que intentaba sentarse y recuperar su uso de razón, sus extremidades estaban entumecidas. Movía sus dedos, pero al realizar aquella acción, había un doloroso cosquilleo que le penetraba hasta los huesos.

Giró lentamente su cabeza hacia un lado, aún con pesadez al sentir que ese único acto era un gran sacrificio de hacer. Entonces, una alerta en su cabeza detonó en él cuando observó el perfil de otra persona, acompañándolo en la habitación.

Se enderezó de repente, sentándose finalmente en el suelo, ahora no siendo capaz de sentir la fluidez de su cuerpo ante el frío que estaba cubriéndolo por completo, como si una capa de escarcha se estuviera formando sobre él.

HyunWoo estaba acostado a su lado. Sin embargo, no reaccionó al movimiento brusco que había hecho KiHyun.

Quien había despertado del sueño, observó al alfa.

—HyunWoo... —Llamó, pero su voz salió completamente rasposa. Tosió con dificultad al sentir que solo esa palabra provocó que su garganta comenzara a doler, como si hubiera tragado brasas que lastimaban su interior.

Lentamente se acercó al cuerpo de HyunWoo. Sus movimientos se mostraron dudosos, parecía que temía, pero... no sabía a qué exactamente.

Temía que se despertara repentinamente.

O temía que fuera cierto lo que hizo.

Acercó su mano temblorosa, y al momento de tenerla en su campo de visión, observó que la sangre ya se había secado en su piel, pero, a pesar de ya no brillar y verse fresca, no dejaba de lucir aterradora en su cuerpo.

HyunWoo no era menos que eso, pues el escenario que formaba su abdomen descubierto con la ropa rasgada era nauseabundo. Toda la extensión del cuerpo estaba destrozada; había trozos de piel desgarrada que no lograron ser cortadas, pero que sí estaban teñidas de sangre. La carne ya no palpitaba, pero seguía luciendo fresca; desprendía un aroma que solo relacionaría con la muerte.

KiHyun dejó de mirar lo que había hecho, para subir, y tener ante sus ojos el rostro de HyunWoo.

Lucía pálido...

Sus labios estaban ya agrietados, habían perdido color...

Le tocó el rostro. Sin cuidado, pasó sus dedos sobre la piel; delineó su mandíbula desde el comienzo de su barbilla hasta donde se ubicaba la oreja, pasó a tocar el puente de su nariz. Hasta que finalizó en descansar la punta de sus dedos sobre los labios. No había respuesta a sus movimientos, solo sentía que la piel que tocaba había adquirido una sensación gélida. Ya no había calidez que desprendiera, que hiciera contraste con su propia temperatura.

—¿Qué significa esto? —Susurró, siendo incapaz de retirar su mano—. ¿Qué debo de hacer ahora...?

Dirigió su vista hacia el ventanal que siempre se mantuvo abierto.

DELTA [ShowKi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora