DELTA [ShowKi]

⊰Capítulo 34⊱

KiHyun observó como su hermano se dejaba caer en sus brazos, rindiéndose finalmente al cansancio. Al sentir el peso contrario, intensificó su fuerza para sostener con firmeza al alfa menor.

El consejo le explicó con brevedad lo que había ocurrido en las últimas horas, dando una respuesta al agotamiento que sufría JooHeon, ahora sumando la carga de emociones que había experimentado.

En su forma lobuna, KiHyun llevó al menor en su lomo todo el camino; ambos hermanos, consejo y demás presentes regresaron a la mansión Yoo para comenzar a dar un orden a la situación que los rodeaba, siempre con los lobos pertenecientes al clan Son a sus espaldas y con la mirada del consejo sobre ellos.

Por petición del alfa, no tomaron la ruta principal donde se tenía que cruzar por el pueblo; decidieron optar por una desviación en la que se tenían que adentrar al bosque, todo esto para no alertar a los pobladores sobre la situación interna que estaba sufriendo el clan. Darían aquella noticia correspondiente cuando KiHyun diera la orden de dar a conocer su aparición y desmentir su muerte que tantos años ha perdurado.

Para el alfa, el viaje no había sido apresurado, como todo su trayecto a lo largo de las tierras de lobos, ahora era más lento; pero aquel sentimiento de incertidumbre no parecía querer abandonarlo, aunque ya había llegado al clan. Al menos, podía ignorar momentáneamente aquella sensación al sentir las manos de JooHeon aferrarse a él.

Cuando logró ver la gran estructura y muros que pertenecían a su hogar, no logró concitar algún pensamiento en concreto, solo pudo avanzar poco a poco hacia adelante. Como esperaba, había miradas de completo asombro cuando lo divisaron cargando a JooHeon.

JuHo, quien estaba en la entrada donde las rejas se encontraban, se quedó congelado en su lugar. Tenía la mirada fija en él, pero no podía realizar otra acción.

Unas personas se acercaron a KiHyun y ayudaron a JooHeon a bajarse y entrar. Cuando vio que su hermano estaba bien, tomó su forma humana.

—A-alfa... ¿Es usted?

—Has hecho un buen trabajo —Dijo. Siguió a las personas que llevaban a JooHeon, hasta entrar a la mansión. Cuando entró por las grandes puertas de la entrada, fue recibido por gritos de gran sorpresa—. Llévense a mi hermano a su habitación para que pueda descansar.

Al principio, los sirvientes dudaron en moverse. Pero, conforme observaban al hombre fijamente, y asegurarse que era el mismo KiHyun al que sirvieron hace tres años, se movieron deprisa. Incluso, algunos le tomaban de la mano y reverenciaban; un mar de voces ahogadas en lágrimas y felicidad.

—¡JooHeon! —Un grito llegó desde las escaleras. Todos dirigieron sus miradas hacia esa dirección y vieron que HoSeok iba acercándose al living; una mano se posaba en un costado de su cuerpo, su rostro desfigurado en una mueca mostraba que le costaba avanzar rápido.

En la mitad de su recorrido de las escaleras, dirigió sus ojos hacia la entrada que se encontraba inquieta, encontrando un cuerpo empapado en sangre, de pie. Alarmado, se detuvo abruptamente, pero al enfocar su mirada a esa persona, se dio cuenta que no era JooHeon.

Su mano se aferró al pasamanos de madera.

—HoSeok —KiHyun le llamó. El nombrado se sobresaltó.

—¿Q-qué...? —Su velocidad disminuyó. Bajó lentamente, reflejando duda en sus ojos—. ¿KiHyun?

—Estoy donde pertenezco. En mi clan.

HoSeok se acercó lentamente. Levantó su mano, como si su mente le dijera que, al tocar a la persona frente a sus ojos, desaparecería; KiHyun le tomó de la muñeca con suavidad, y el beta comenzó a temblar.