⊰Capítulo 14⊱

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La mansión que se manifestaba en un silencio sombrío aún con la tormenta haciendo presencia en sus afueras mantenía un ritmo calmado junto con sincronía del personal que realiza sus actividades correspondientes. Pero aquél ambiente fue destruido en un sonido que retumbó en las paredes de la mansión, como el potente estrépito de un trueno las puertas del hall principal se abrieron de par en par dando paso a dos grandes lobos que se encontraban empapados por completo de la lluvia. El personal que se encontraba cerca, e incluso lejos de la zona del salón se asustaron cuando aquellas grandes bestias llegaron de manera estrepitosa. Las sirvientas corrieron rápidamente a la entrada donde estaban los recién llegados con la intención de brindar toallas y ropa seca, más sin embargo el lobo de pelaje oscuro se resignó a los tratos y de manera repentina, corrió escaleras arriba asustando a quien se le cruzara en el camino. Detrás de él varias voces exclamaban que se detuviera, pero todo bullicio paró de golpe. Imaginó que el alfa fue el causante del silencio.

Gracias a la forma que llevaba pudo subir mucho más deprisa los escalones y agradeció que nadie le siguiera. Cuando estaba finalmente en el pasillo que daba a diferentes habitaciones con sus respectivas puertas se sintió con un poco de calma. Las paredes de la arquitectura impedían que los que estaban en el primer piso ó cerca de las escaleras lograran verlo, al parecer nadie se encontraba en el pasillo y definitivamente nadie se molestó en seguirle los pasos, así que pudo volver a su forma humana nuevamente. A pasos largos y rápidos llegó hasta la puerta de donde él se quedaba todas las noches. No miró a sus alrededores, no esperó y tomó con fuerza el pomo, rápidamente entró a la habitación y cerró la puerta tras sí en un golpe sordo. Cuando se aseguró de que la puerta tenía el seguro soltó un largo suspiro y recargó su espalda sobre la puerta, sus uñas rasgaron la madera de la superficie y no pudo evitar que sus piernas se debilitaran obligándole a sentarse en el frío suelo de madera al no poder mantenerse de pie por más tiempo. Su mente comenzó a cuestionar la acción que había decidido hacer hace unos momentos atrás en el bosque e inmediatamente un sentimiento confuso le hizo doler tanto el pecho que tuvo que poner sus manos sobre la superficie de su piel en un inútil intento de mitigar la sensación, arqueó su cuerpo hacia adelante al sentir unos temblores por el punzante dolor dentro de sí mismo. Con una mano tocó el borde de sus labios con la punta de sus dedos.

—¿Qué hice...?— Sus dedos temblaron sobre sus labios. ¡¿Por qué?!— Se preguntó en voz alta sin respuesta, respiró hondo y como un desesperado método dio múltiples golpes a la pared usando su puño derecho, una y otra vez  haciendo que en cada golpe la fuerza aumentaba hasta el punto que los huesos de su mano comenzarán a sentir un dolor que asimilaba a que sus huesos se romperían por la fuerza, lo cual lo obligó a detenerse y dejar caer su mano al suelo.

Rendido tuvo que levantarse y caminar hasta el baño para poder secarse el cuerpo y el cabello con las toallas que había ahí para evitarse un posible resfriado. Tomó un cambio de ropa ligera y decidió cambiarse dentro del baño, en el proceso en donde pudo ver su cuerpo en el espejo, se percató de las vendas que tenía previamente se habían roto por completo y por ende sus lesiones junto con sus heridas sin cicatrizar estaban expuestas. Sintió una gran impotencia al darse cuenta en cómo su cuerpo era casi desgarrado por él y dejó que le besara a su gusto. Las ganas de gritar de furia no llegaron al tragarse de manera dura esa inmensa necesidad de alzar su voz, y por eso mordió sus labios con fuerza para no dejar escapar ningún sonido de su boca, sintiendo unas perlas carmesí de sangre deslizarse por sus labios que le ocasionaron dolor.

Solo gruñó rendido mientras buscaba unas vendas para cubrir las heridas. Solo pudo encontrar pocas y solamente cubrió su pierna que ya tenía movilidad pero las marcas de los colmillos que le rasgaron la piel aún prevalecían. Cuando había ya cubierto lo primordial se cambió por completo en silencio dejando que la tela le acariciara la piel y le cubriera ante el frío del clima, ya que se había cambiado estuvo un largo tiempo sentado en el borde de la bañera mirando sus manos tratando de ponerle orden a los miles de pensamientos que estaba teniendo en su cabeza por un largo lapso de tiempo. Solo su apacible respiración era lo que podía escuchar de entre las cuatro paredes del baño, cerró sus ojos para tomar calma al tiempo en que la lluvia se escuchaba amortiguada y casi silenciosa. De repente unos insistentes toques en la puerta hicieron que perdieran el equilibrio y sus manos se resbalaran de la superficie de mármol de la tina por la sorpresa. Cayó al suelo golpeándose la espalda contra la superficie al perder por completo el equilibrio, se mantuvo un largo tiempo callado para escuchar si aquél sonido no era una jugada de su cerebro, y que además dejará pasar el dolor del golpe. Nuevamente la puerta resonó en unos repetitivos golpes. Se acercó hasta la puerta y se mantuvo en silencio tratando de escuchar un sonido proveniente del otro lado para menos poder tener una idea de quién podría ser, temiendo que esa persona fuera alguien que no quería ver. Escuchó un pesado suspiro, pudo percibir un susurro de la persona contraria "por favor abre la puerta". Fue lo único que dijo, rogando.

DELTA [ShowKi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora