⊰Capítulo 40⊱

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Ninguna de las tres personas presentes se movió de su lugar. Permanecieron en silencio, creando una batalla de feroces miradas que parecían transmitir diversas palabras de desprecio.

No fue hasta que escucharon la puerta de la cabaña abrirse, sucesivamente de pasos acelerados que se dirigían a la pequeña cocina no tan alejada de la entrada. No tardó en aparecer el antiguo jefe de guardia en el lugar, logrando así, que el silencio se rompiera.

—Alfa —Llamó a KiHyun apenas atravesó el marco. Cuando entró por completo a la cocina y sus ojos se encontraron con las personas sentadas en el fondo, se quedó congelado, mostrando una expresión de verdadero espanto.

—¿Sigues vivo? —El hombre sentado se giró completamente para mirar a esa persona directamente; su expresión se volvió notablemente dura.

—S-señor... —Mantener su voz estable fue inútil. Esa sola palabra delató su pánico.

La calma que siempre había mostrado, aun cuando trabajaba para el mismo diablo, se había esfumado en cuestión de segundos cuando el conocido rostro fue visto.

—¿Recuerdas lo que mi esposo te dijo cuando nos fuimos? —Comenzó a hablar la mujer en un tono que mostraba ira contenida—. Te advertimos que no debías de aparecerte ante nosotros, o tu vida iba a ser el precio por la desobediencia.

KiHyun, por un momento, sintió una especie de deja vu cuando escuchó a la mujer amenazar al tembloroso hombre a sus espaldas.

Una sensación de familiaridad no desea.

—No está en la posición para amenazar a las personas que están bajo mi mando —Habló KiHyun, poniéndose frente al antiguo jefe de guardia para cubrirlo de las miradas escalofriantes de la pareja—. Llama al alfa del clan Chae y del clan Lee —Susurró la orden. El hombre le miró perplejo unos segundos sin reaccionar a lo dicho.

Después de unos momentos de vacilación, bajó la cabeza en obediencia y salió corriendo de la cabaña, huyendo de quienes fueron sus líderes en el pasado.

Nuevamente estaban solos cuando la puerta fue azotada.

KiHyun no podía continuar con el denso silencio dentro de la estadía, creía que podría morir asfixiado en cualquier momento. El ambiente era tan pesado que podía sentirlo sobre sus músculos.

Sin necesidad de presentaciones; el alfa sabía la identidad de estas personas, e incluso el antiguo jefe de guardia logró confirmarlo con su naciente temor ante las figuras en la mesa. KiHyun, al principio, no pudo identificarlos de inmediato debido a la sorpresa que la situación le había generado, pues no esperaba que realmente lograra encontrar a quienes lideraron al clan Son en el pasado.

Ahora, luchando por tragarse la inquietud que esas miradas le generaban, miró los rostros de los adultos mayores. Fue difícil, pero KiHyun consiguió relacionar esos demacrados rostros al retrato que alguna vez encontró en la biblioteca de la mansión Son.

Los años habían pasado desde la época en que ese retrato se creó, hasta el momento presente. Pero, realmente, el tiempo no perdonó a estas personas en lo absoluto. La imponente imagen que brindaban en aquel cuadro, donde se mostraba la fuerza del clan Son en sus líderes, había desaparecido, mostrando ahora a una pareja que eran víctimas de la pérdida de vitalidad. El antiguo líder se veía cansado, incapaz de mantenerse firme; la esencia de un líder calculador y silencioso había abandonado su cuerpo, dejando solo una mirada misteriosa y desinteresada. La esposa, en cambio, había perdido el porte y la sonrisa orgullosa que en la imagen mostraba, la nueva apariencia era de una mujer que estaba conteniendo una gran ira que sus ojos desbordaban al sumirse en el silencio con su pareja, haciéndolo ver salvaje.

DELTA [ShowKi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora