Capítulo 11

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CAPÍTULO 11

Sebastian's POV:

Bebí un sorbo de cerveza y fruncí el ceño cuando Harry me lanzó una rápida mirada mientras acomodaba la hierba de marihuana en el pequeño papelillo transparente para hacerse un porro. Por más que intentaba descubrir qué era lo que estaba escondiendo, Harry era lo suficientemente listo como para disfrazar sus reales sentimientos y pensamientos con una sonrisa. Últimamente, yo podía darme cuenta de un cambio en él, sin embargo, no había logrado darme cuenta qué era exactamente lo que estaba ocultando. Pero yo no era estúpido y sabía que su presencia a Holly le inquietaba. Y la forma que él tenía de mirarla no me gustaba mucho.

Pero él estaba saliendo con Mercy y no me entraba en la cabeza que Harry podía ser tan mal amigo como para entrometerse en la relación que tanto me había costado mantener y formar con ella. Si bien, no había etiquetas entre Holly y yo, supe que ella me pertenecía desde el primer momento en que sus ojos se posaron en mi en la hamburguesería. La forma en que ella me miraba desde la barra me dio a entender que buscaba lo mismo que yo, sólo que... de diferente manera.

Ella era tan pura, tan inocente y llena de vitalidad que yo sentía como si me faltaba algo cada vez que no podía verla. Ver su sonrisa cada vez que iba a buscarla a la escuela era algo inigualable. Tocar su piel y besar sus labios era como tocar el mismo cielo con las manos y aunque me enfermaba como el demonio verla con el amigo patético que tenía, aguantaba las palabras en el interior de mi boca cada vez que ella me hablaba de él.

Mercy y Holly eran muy diferentes y yo ni siquiera podía explicarme cómo era posible que fueran amigas. Mercy era tan puta y Holly era tan... pura.

—¿Qué? —Harry rompió el hilo de mis pensamientos y deslizó la lengua por el borde del papelillo para pegarlo y crear un perfecto porro— ¿Tengo monos en la cara o qué mierda?

La comisura de mis labios se curvó hacia abajo, en una mueca y negué, intentando lucir desinterés. Habíamos sido amigos durante un par de años. Ambos nos habíamos conocido en la última correccional antes de cumplir la mayoría de edad y después que salimos al cumplir dieciocho seguimos juntos hasta el día de hoy.

—¿Entonces por qué no dejas de mirarme? —me preguntó luego de prender su cigarrillo de marihuana.

—Por nada. Sólo estaba pensando.

—¿En quién? —sonrió de medio lado con el filtro del cigarrillo a pocos centímetros de sus labios— ¿En tu nueva putita?

Apreté la botella con tanta fuerza que ya podía sentir el vidrio cediendo contra mis dedos.

—No le digas de esa manera.

Harry soltó una carcajada por el efecto casi instantáneo de la droga —¿Por qué? Pensé que sólo la querías para follártela. Apuesto a que es igual de fácil que Mercy y a la primera palabra linda que le susurras al oído se abre de piernas.

—Será mejor que cierres la puta boca. Harry, porque si sigues hablando, lo siguiente que verás salir de tu boca serán tus malditos dientes. —amenacé.

—Oh, vamos, hombre —él quiso quitarle importancia—. Amigos antes que zorras, ¿no?

Abrí la boca para responderle, pero Chris ingresó a la casa y se frotó las manos de forma ansiosa. Al ver mi rostro de mala leche, alzó ambas cejas y yo me coloqué de pie, alejándome de allí porque sabía que si Harry volvía a hacer un nuevo comentario sobre Holly yo le rompería el rostro.

Me afirmé en la mesa de billar que teníamos en la sala y Chris llegó a mi lado de inmediato.

—¿Qué pasó allí adentro? —indagó.

Obsession | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora