Capítulo 09

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CAPÍTULO 09

—¿Holly?

Me lancé sobre la cama y sentí como mi corazón se derretía al oír la voz de Sebastian contra mi oreja a través del teléfono. Tuve que contener un suspiro en el interior de la garganta y carraspear para aclarar mi voz.

—Sebastian, hola. —lo saludé, mordiendo mi labio inferior. Escuché una risa a través del auricular y mi mente recreó su rostro sonriente.

—¿Tienes algo que hacer esta tarde? —inquirió— Estaba pensando que podríamos ir a la feria juntos, ya sabes, tener una cita.

Rodé sobre la cama y mi vista se fijó en los rascacielos que lucían pequeños a la distancia. Había tenido una semana agitada en la escuela, llena de exámenes y trabajos, por ende, no había visto mucho a Sebastian y que él me estuviera invitando a una cita, me llenaba de ilusión.

—Me encantaría.

—Genial. —él dijo y me lo imaginé sonriendo— Pasaré por ti a las cuatro, ¿vale?

—Te estaré esperando.

Él cortó la llamada luego de unos segundos y yo me coloqué rápidamente de pie, corriendo hasta mi ropero. Aún quedaba un par de horas para las cuatro de la tarde, pero quería repasar con tranquilidad mis opciones de ropa.

Lancé un par de prendas a la cama y comencé a armar los conjuntos, pensando en qué era los que más le gustaría a él. Por un momento me sentí como una idiota, pero eso no me importó realmente. Habían muchas chicas lindas allá a fuera y no estaba dispuesta a que Sebastian se fijara en alguien más sólo porque yo no sabía arreglarme.

Miré la pequeña repisa de zapatos que tenía junto al ropero y mis ojos se detuvieron en un par de zapatos con un pequeño tacón en color negro. Volví la mirada a la ropa y aparté lo demás, dejando solamente una falda, una camiseta y una chaqueta en el mismo tono de los zapatos.

Cuando estaba ordenando la ropa que no ocuparía, tocaron la puerta y la anatomía de papá quedó visible ante mis ojos. Él miró la ropa que descansaba sobre mi cama y alzó las cejas, de forma interrogativa.

—¿Vas a salir? —cuestionó sonriendo de manera cómplice.

—Sebastian me invitó a ir a la feria. ¿Puedo ir?

Papá rió —¿Tengo otra opción más que aceptar? Apuesto a que ya le dijiste que sí.

Sonreí de manera inocente. Papá me dijo que la merienda estaba lista y que bajara a comer. Le dije que iría en un momento.

Después de comer, lavé los platos rápidamente y subí corriendo a mi habitación para tomar una dicha. Depilé mis piernas con cuidado y froté mi cuerpo completo con un delicioso jabón aromático que me había regalado Elyssa. Sequé mi cuerpo con rapidez y me coloqué ropa interior antes de humectar un poco mis piernas con crema hidratante.

Ricé las puntas de mi cabello ya las tres con cuarenta y cinco minutos, yo estaba aplicando los últimos toques de maquillaje en mi rostro. Me cepillé los dientes y apliqué una fina capa de gloss en mis labios.

Corrí hasta la ventana cuando oí el ruido de un motor detenerse. Sebastian bajó de su clásico coche y miró hacia arriba, regalándome una sonrisa cuando nuestros ojos se encontraron. Él lucía hermoso.

Salí corriendo de mi habitación y de la misma manera la escalera, llamando la atención de Elyssa que estaba ayudando a Jack con sus deberes en la sala. Me despedí de ellos con un saludo de mano y frené mis pies al llegar a la puerta principal, respirando hondo para no delatar mi carrera. Podía escuchar la voz de papá. Él estaba manteniendo una agradable y calmada conversación con Sebastian.

Obsession | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora