Capítulo 20

209 17 0
                                    

CAPÍTULO 20

No one's point of view.

Paul miró la hora en su reloj de muñeca antes de dirigir la mirada hasta la pequeña pantalla de la cámara de seguridad que estaba junto a su portátil en su escritorio.

Después de haber regresado del trabajo y hablar con Elyssa de lo que estaba sucediendo, él se encerró en su despacho y de vez en cuando lanzaba miradas hacia la entrada. Holly no se había despegado en ningún momento de su estúpido novio, por eso, él no había podido hablar con el chico, pero no era tan estúpido como para hablar sobre aquello con Sebastian en su misma casa. Por ende, él estaba muy ansioso, esperando a que el novio de su hija se marchara para poder seguirlo y entablar una conversación de hombre a hombre donde él marcaría muy bien la cancha. Ningún chiquillo de diecinueve años le haría daño a su pequeña hija.

Cuando vio, a través de la pantalla de seguridad, que Holly estaba despidiendo a Sebastian en la entrada, se colocó de pie y tomó las llaves de su automóvil de forma brusca que estaba sobre su escritorio. Salió raudamente de allí y pasó de largo por la cocina, lugar donde se encontraba su esposa.

Salió por la puerta trasera y rodeó la casa. A lo lejos, mientras él se subía a su auto, podía escuchar el motor del coche de Sebastian siendo arrancado. El señor Grant introdujo la llave en el contacto e hizo partir el automóvil, rodeando su casa de la misma manera.

Para su buena suerte, su hija ya no estaba ahí. Perfectamente Elyssa se las podría ingeniar para responderle a Holly dónde estaba en caso de que ella preguntara por él. Elyssa ya sabía qué es lo que él haría, debía cubrirle la espalda.

La cosa era bien sencilla: él hablaría con Sebastian, le explicaría la situación y le podría de forma amable que se alejara de su hija. En caso de que el chico no quisiera hacerlo, él podría tomar su papel de padre sobreprotector y decirle las cosas bien claras. A él no le importaba que Sebastian se enojara. Si conseguía que ese chiquillo de mala muerte se alejara de Holly, podía hacer todo el escándalo que quisiera.

Cuando Paul Grant divisó el coche de Sebastian alejándose por la carretera, él apretó el acelerador y enrolló sus dedos alrededor del volante, buscando un poco de clama a la cual aferrarse. A medida que se fue acercando, tocó el claxon. Su mirada gris hizo contacto con los ojos azules de Sebastian a través del espejo retrovisor y Paul hizo una señal con los faroles del coche que tenían un claro mensaje: detén el auto.

Y así lo hizo Sebastian.

Extrañado por saber qué era lo que sucedía, disminuyó la velocidad y aparcó el auto a la orilla de la carretera desolada. Los grandes árboles creaban una barrera natural que ensombrecían más la carretera que conectaba aquella parte de la ciudad con el centro. Sebastian apagó el motor y miró a través del espejo retrovisor. El padre de su novia se había bajado del coche.

Él copió la acción del hombre y se bajó de un solo movimiento cerrando la puerta con decisión. El sonido del metal siendo golpeado estremeció a Paul.

—Señor Grant. —saludó el muchacho y ofreció su mano.

Paul la aceptó dudoso —¿Estás muy apurado? Hay una cosa que me gustaría hablar contigo, Sebastian.

—En realidad sí. —dijo Sebastian. Su mirada azulada miraba con intensidad a Paul. Él sabía que algo estaba sucediendo; el problema es que no sabía qué exactamente.

—Seré breve.

Sebastian asintió —Está bien.

En una postura intimidante, Paul Grant cruzó los brazos y estiró su metro noventa. Sebastian era mucho más bajo, pero no se dejaba intimidar. Él tenía una postura relajada sobre el coche, casi desinteresada mientras miraba con desdén al padre de su novia.

Obsession | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora