Capítulo 06

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CAPÍTULO 06

Sebastian se despidió de mí con un beso en los labios antes de que yo bajara de su coche, justo fuera de la casa de papá. Quizás, pudo haber sido una tontería que él me fuera a dejar sabiendo que había mentido a mi padre con respecto a mí retraso, pero me fue imposible negarme cuando él me pidió si podía venir a dejarme. Cedí como una idiota, embobada por su preciosa sonrisa y el brillo peculiar de sus ojos.

Después de que lo empujara por el pecho cuando él tomó mi trasero sin mi consentimiento, no lo volvió a repetir. Por un momento, pensé que no volvería a besarme, pero sus labios me callaron de la mejor manera justo cuando yo le hablaba sobre la nueva esposa de papá. Él era muy reservado, hablaba lo justo y necesario, como si calculara cada una de sus palabras.

Introduje la clave de acceso en la puerta e ingresé, mordiendo mi labio inferior. Podía sentir aún el perfume de Sebastian a mí alrededor.

—Buenas tardes, Holly.

Alcé la mirada, encontrándome con Elyssa. Ella estaba parada en medio del pasillo con los brazos cruzados. Tragué saliva, nerviosa. ¿Ella me habrá visto besarme con un chico? Sacudí la cabeza, convenciéndome de que lo que ella opinara no debía importarme. Pero Elyssa podía decirle a papá que me había visto besar a un chico y ahí, la historia sería diferente.

—Hola, Elyssa. —dejé caer mi mochila al suelo y caminé por el pasillo— ¿Papá está en casa?

—Justo allí.

Seguí la dirección que apuntaba su brazo y me encontré con papá junto a la ventana. Demonios.

—Acompáñame a mi estudio. —ordenó con voz seria.

Mis hombros cayeron hacia adelante y arrastré mis pies por las baldosas, mirando por última vez a la esposa de mi padre. Me armé de valor e ingresé al estudio de papá, cerrando la puerta a mi espalda. Eché un vistazo a mí alrededor, viendo los planos de edificios sobre el escritorio. Papá era un excelente arquitecto que se especializaba en la creación de rascacielos. Él había diseñado esta casa para darle a su familia la comodidad y la seguridad que necesitaba. Su computadora estaba encendida y aun lado, se encontraba la pantalla que estaba conectada con la cámara de seguridad, la cual enfocaba la entrada y parte del garaje de la casa.

—Siéntate.

No me quedó otra opción más que obedecerle. Me senté en el pequeño sofá que papá tenía en su estudio y él se paró frente a mí con los brazos cruzados sobre el pecho. Su mirada me escudriña y era tan intensa que me hacía pensar que quería leer mis pensamientos.

Subí los pies al sofá y abracé mis piernas, afirmando el mentón contra las rodillas mientras lo miraba.

—¿Entonces?

—¿Entonces? —repetí, simulando despreocupación, aunque por dentro estaba muy nerviosa.

—¿No ibas a estar en casa de Mercy? —cuestionó, molesto e irritado por haberle mentido— ¿O realmente quisiste ir, pero unos extraterrestres intentaron llevarte hasta un planeta lejano y tú lograste escapar? Y déjame adivinar el resto de la historia —dijo con sarcasmo— Aquel chico se ofreció para traerte a casa mientras tú andabas deambulando en el espacio.

—Papá...

—¿Por qué me mientes, Holly?

Apreté mis labios y me encogí de hombros. La respuesta era muy obvia. Él sólo quería que yo lo admitiera en voz alta y delante de él.

—Sólo quería salir con un chico.

—Un chico... —asintió, saboreando las palabras— ¿Es amable por lo menos?

Obsession | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora