CAPÍTULO 14
—¿Cuándo llegarán tus padres?
Alcé la mirada y me acerqué un poco más al cuerpo de Sebastian. Ambos estábamos sentados en el sillón de la sala mientras veíamos una película. Todo a nuestro alrededor estaba en silencio. Jackson se había ido a dormir hace un par de horas atrás y Káiser descansaba a mi lado, sobre la cama.
Después de que Sebastian se fuera esta tarde, pensé que no iba a volver más. Me mantuve ocupada el resto de la tarde haciendo los deberes de la escuela, ayudando a Jack con los suyos y preparando una pequeña merienda para él antes de que se fuera a dormir. Y, luego de que yo tomé una ducha y eché a lavar la ropa sucia (mis sábanas también), llegó Sebastian.
Noté algo raro en él en el momento en que cambió la mueca que mantenían sus labios apretados a una sonrisa un tanto forzada. No quise preguntarle qué le estaba sucediendo, pero me asustaba que estuviera molesto conmigo por alguna cosa que dije o hice. La voz en mi cabeza me dijo que no fuera estúpida porque si él realmente estuviera enfadado conmigo no habría venido a mi casa. Y no estaría conmigo, abrazándome mientras veíamos una película.
—Mañana por la mañana. Posiblemente cuando yo esté en la escuela, ¿por qué?
Él se encogió de hombros —Sólo preguntaba.
Luego de eso, Sebastian se relamió los labios y colocó su atención en la pantalla del televisor. Era extraño estar así con él siendo que la mayor parte de los días nunca nos faltaba un tema de conversación. Está bien, yo era una chiquilla mucho más joven que él, menos experimentada, pero no era tan estúpida como todos creían. Todas estas semanas que había estado saliendo con Seb me habían ayudado a conocerlo un poco mejor (aunque él era bastante reservado) y sabía que ahora le estaba pasando algo.
—¿Seb? —susurré y él tarareó en respuesta, sin quitar la mirada de la película que seguía reproduciéndose y que yo había dejado en el olvido— ¿Puedo hacerte una pregunta?
Él acarició mi brazo desnudo con sus cálidos dedos y asintió —Por supuesto.
—¿Qué va mal?
Gracias a la luz del plasma pude ver como su mandíbula se contraía. Él trago saliva con un poco de dificultad y lentamente bajó la mirada, sus ojos eran un torbellino índigo que me impedía ver un poco más allá.
—Nada.
—¿De verdad?
—Sí, ¿por qué?
—No sé... te noto un poco extraño —murmuré, acariciando su pecho por sobre la remera que usaba—. Te siento distante.
El chico tatuado soltó un suspiro y se acomodó bien en el sofá para que quedáramos cara a cara. Su brazo seguía a mi alrededor. Su calor corporal me envolvía por completo, haciéndome sentir segura.
—Sólo tuve un problema con uno de los chicos... —susurró y se relamió los labios—. Nada muy importante.
—¿Tuviste un problema con Harry? —le pregunté. Subí los pies al sofá y su mano se deslizó por mi muslo desnudo de arriba abajo de una forma lenta.
—Sí.
—¿Quieres contarme?
Vi la duda reflejada en aquellos ojos que tanto me encantaban. Sus labios se abrieron lentamente y cuando pensé que él me contaría qué había sucedido, estaba muy equivocada. Él volvió a cerrar la boca y negó de forma lenta. Yo sentía las caricias que impartía en la piel desnuda de mi muslo derecho y a lo lejos escuchaba las voces de los protagonistas de la película que seguía reproduciéndose.
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Obsession | Sebastian Stan
Hayran Kurgu𝗢𝗕𝗦𝗘𝗦𝗦𝗜𝗢𝗡 | ADAPTACIÓN Ella sólo quería enamorarse de un chico dulce y de buena familia. Él sólo dijo mentiras para conseguir lo que quería. Cuando Holly conoció a Sebastian, se vio atraída inmediatamente por su atractivo físico. Él, se...