Rojo VI

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Ella despertó en medio de la noche notando el hecho de que su mano izquierda estaba siendo sujetada con cuidado y cariño, a su lado, dormido sentado en una silla colocada a una lado de la cama en la que se encontraba, de su lado parecía que el chico estaba dormido, sin embargo, la realidad era que su ojo izquierdo estaba abierto, atento a cualquier tipo de suceso, su concentración fue tal que no notó que estaba siendo observado, la actuación de la propia renart hizo que se preocupará por ella como nunca se había preocupado por nadie, ni siquiera él mismo.

-Bell-sama – ella susurro mientras apretaba ligeramente la mano del chico.

-Haruhime – él expreso antes de abrazarla – no hagas algo tan tonto otra vez.

-Perdón, Bell-sama, no volveré a lanzarme contra un minotauro – ella respondió correspondiendo el gesto – pero me alegra haberlo hecho.

- ¿A qué te refieres?

-Lo digo porque pude verlo así de preocupado por mí, usted que siempre mantiene un rostro sereno frente a todo.

-Tonta, desde que te salve me preocupó por ti – él aclaro con un tono de voz bajo – eres la persona más importante que tengo.

Para sorpresa del chico, ella se alejo un poco para robar sus labios, al final del beso él la vio sonreír con tal calma que no pudo evitar notar que sus decisiones hasta el momento, aunque no las mejores, habían sido las correctas, una vez más la abrazó, a ninguno de los dos preocupándole el hecho de que la renart tenía solo la bata de hospital que una chica de nombre Airmid le había cobrado a Bell, este pagando por la prenda que sabía no sería usada en el corto plazo.

-Actualice mi [Estado], Bell-sama – Haruhime pidió después de un par de minutos.

-Muy bien – él aceptó y ella se giro con lentitud, dejando ver su espalda al descubierto.

Mordiendo su dedo, él hizo que una ligera línea de sangre saliera, realizando la apertura del [Estado], se conecto con la espada que mantenía escondida y comenzó la actualización, vio como tres nuevas habilidades aparecían, no le pareció extraño que aparecieran, de hecho, lo raro habría sido que después de esa demostración no aparecieran, así, solo iluminados por la luz de la luna, ambos hablaron de sus nuevas estadísticas y del hecho de que debían hacer.

-Tú decides – él dijo de repente haciendo que Haruhime lo mirará un poco extrañada – podemos contar todo al gremio con excepción de mí haciéndome pasar por un dios, decirle a Eina sobre el Liaris Freese y tu crecimiento acelerado.

-Sí, digámoslo – ella respondió haciendo que el chico buscará un motivo, cualquiera fuera el caso se interesaría por los motivos de la renart – mantenerlo oculto solo levantaría más sospechas y haría que "Kairos-sama" terminará investigado.

-Ya veo – el chico aceptó, como no había más que decir, acerco a Haruhime a su pecho y acaricio su cabeza – intenta dormir, todavía es tarde.

-Sí.

Si hubiera alguien observándolos en ese momento habría sentido celos por la escena, dos personas que llevaban poco de conocerse, pero que con eso les bastaba para ser los más cercanos, más que cualquier otra pareja que se pudiera ver en la ciudad, los dos simplemente eran felices con la presencia del otro, él se relajaba con ella y ella era feliz a su lado, a pesar de ello, ninguno había dicho nada de sus emociones, ni siquiera después de aquella noche que ambos pasaron juntos, era como si hubieran empezado desde cero, algo que no los molestó.

-Muy bien, ¿ya decidiste, Lili? – él pregunto después de volver a la casa, Haruhime unos pasos detrás suyo, curiosa respecto a lo que hablaban.

-Sí, Lili quiere ser lo más parecido posible a Fianna-sama.

Aquel de ojos rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora