Rojo XIII

202 33 1
                                    

-Lili-sama será el centro de nuestra estrategia – Haruhime dijo haciendo que los demás asintieran.

La pallum se preparó, dispuesta a hacer lo que fuera necesario por la Familia a la que pertenecía, todos escucharon las opciones que proponía Haruhime, agregando o quitando opciones, pero lo principal se mantuvo, unos distraerían mientras el último grupo se infiltraría en silencio, sin más, la primera en partir fue Lili, su función era la más importante después de todo, entonces, en la oscuridad de la noche y bajando de un tejado iluminada por la luna como si fuera un ángel, ella noqueó con un solo golpe a su objetivo, transformándose en él sin que nadie se diera cuenta.

-Ahh – Cassandra se quejó para molestia de Daphne, la cual no entendía – el caballo de Troya ha entrado.

X X X

-Espero que no te moleste ver perder a tus niños – Apolo dijo cuando él entró en la habitación principal donde los dioses verían el juego de guerra.

Él ni siquiera se centró en el dios, tampoco vio a su aliado, simplemente paso al lado de ambos antes de sentarse en completo silencio, de reojo viendo a Ishtar, la cual tembló al notar que su atención estaba puesta sobre ella, la diosa se encogió y él levantó una ceja, era algo que no esperaba que ocurriera, solo miro en su dirección por curiosidad, pues no creyó que ella lo apoyará, al menos eso decían los rumores, en realidad, él quería agradecerle por guardar su secreto, pues fue la única diosa a la que le mostró su rostro sin buscar algo en específico más allá de salvar a Haruhime.

A parte de Ishtar, él no miro a ningún otro lugar, simplemente permaneció callado, paciente, a diferencia de sus oponentes, los cuales creían que en verdad les había dejado todo en bandeja para que fuera derrotado, lo único que faltaba era que los miembros de su Familia lo hicieran bien y él tenía su absoluta confianza puesta en que ellos lo lograrían, entonces, comportándose como se esperaba de un dios, solo espero.

Otorgo parte de su poder para que los demás dioses no sospecharan, como resultado, una parte de su mente fue utilizada y el aumento provocó que los espejos fueran más grandes de lo normal, nadie se sorprendió en realidad, aquellos que sabían la verdadera identidad del chico supieron el hecho de no tener restricciones, los demás lo atribuyeron al hecho de que el sello divino no podía sellar por completo el poder del nuevo dios, el cual por solo su presencia consideraron que era demasiado grande, más considerando que regía el tiempo.

X X X

-Apuesto sesenta mil por Apolo y Aeshma – un aventurero dijo alegría.

-Yo apuesto cincuenta – otro dijo apoyando a los mismos dioses.

-Oigan, si todos apuestan por la Familia Apolo...

-Cien mil por la Familia Kairós – aquel aventurero que reto a Haruhime dijo interrumpiendo al repartidor de la apuesta.

-Mord, ¿enloqueciste? – otro aventurero dijo burlándose, pasando por alto a Naaza, la cual también apostó por la Familia Kairós.

-Ya verán – él murmuro.

No había nadie que no estuviera observando y apenas el los relojes marcaron el medio día y el sol alcanzó su punto más alto, el juego de guerra comenzó con el golpe a un gong, entonces todo se volvió silencioso, solo el aire silbo, siendo el único que fue considerado digno de realizar algún tipo de ruido antes de que el ataque comenzará, oculta en algún lugar entre las enormes rocas que se levantaban en la zona donde se decidió el juego de guerra, una renart cantó, su voz siendo como una caricia para quienes lograron escucharla.

X X X

Los miembros de la Familia Apolo y Aeshma comenzaron a vigilar mientras hablaban sobre el hecho de que el juego de guerra acababa de comenzar, fu en ese momento que algunos creyeron escuchar el sonido de una llama encendiéndose, sus miradas viajaron en múltiples direcciones, intentando encontrar el lugar de donde provenía el sonido, fue en ese momento cuando vieron a cierta elfa encapuchada subida sobre una de las grandes rocas, sus rostros perdieron el color cuando detrás de la aventurera un enorme zorro de fuego apareció.

Aquel de ojos rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora