Grano de Arena

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No sabía que sentir exactamente. Bruno no sabía que pensar.
El hecho de levantarse otro día más de su cama y sentir ese dolor de cabeza que le gritaba que no se levantará, que para qué serviría si no puede hacer nada para nadie, lo invadía...

En lugar de cuerpo era como tener yunques. Lo cual había deseado más de una vez, para ser en su totalidad un peso muerto.

Estaba cansado pero no podía dormir, y la idea de quedarse acostado con sus pensamientos le provocaba aún más ansiedad.

Es así que a regañadientes decidió levantarse de su cama para cumplir con su deber: Ayudar en la comunidad junto a sus hermanas.
Recorrió aquella desolada habitación de aire abandonado y frías rocas hacia la puerta de su cuarto.

La idea, esa mañana, de lanzarse desde el puente de su habitación se le hizo más tentadora que la mañana anterior, y la anterior...
No pensaba en morir, solo pensaba en lo bien que se sentiría ir callendo ,y callendo, y callendo, sin pensar en llegar a chocar contra algo.
Como un grano de arena que viaja con el viento.

Bajaba las escaleras con su mente en otro lado mientras su cuerpo se movía por simple inocencia y rutina.
Sus hermanas—Como siempre— Daban el ejemplo de bajar a desayunar a la hora, completamente preparadas para el día a día.

Observo la comida preparada por su hermana mayor, esperando que lo curarán del mal que eran sus pensamientos y creciente ansiedad.
Al probar un bocado, pido confirmar que su cuerpo parecía sentirse más activo y menos adolorido, pero las ganas de pasar una cuerda por su cuello no se desvanecían en lo . más mínimo.

—Es hora —Su madre anuncio.

Bruno solo quería terminar de ser juzgado lo antes posible para poder volver a encerrarse en su habitación.

-—Bruno... ¿Estás bien?— Julieta, atenta como siempre, le pregunto a su hermano menor.

Bruno sabía que el peor temor de su hermana ──si bien era real── era no poder sanar los sentimientos, y Bruno ya se sentía lo bastante mal como para hacer sentir mal a su hermana.

Fingió una sonrisa como casi todos los días desde que se sentía así.

—Si claro Juli —dijo casual— ¿porqué preguntas?

Las ganas de querés esconderse en un rincón eran inaguantables

Si hermana no pareció creerle,  pero fingió que sí, y siguió su camino.

Ya no recordaba exactamente cuando había comenzado a sentirse de esa manera. Talvez fue cuando su puerta comenzó a alejarse de las del resto, mientras menos se sentía, mas se hundía en la pared, alejándose de aquellos a quienes amaba, y no podía ni ver a la cara sin ver qué movían sus bocas hablando mal de él.

Su madre era la persona con la que menos quería estar, ella estaba decepcionada de que él no diera el papel de un Madrigal que ayuda a la comunidad, si no de un idiota que solo hacia cosas malas.
La verdad era que Alma si lo pensaba, pero era su hijo y lo amaba, siempre intentaba hablar con él, pero él siempre encontraba la manera de escabullirse y evitar el tema.
Provocando aún más enojo en su madre.

El día pasaba tan lento como podía pasar...

<<Solo un poco más... Solo un poco más>>
Repetía una y otra y otra vez en su cabeza.

Suspiro

—¿Es algo malo?

<<Aquí vamos>> pensó

— ¿Y si consideras cambiar el agua a tu pez más seguido? — evadió una respuesta directa

La muchacha lo observó con enojo y confusión, demandaba respuesta.
Suspiro

°•Vida a doble tiempo•° (Bruno Madrigal X Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora