°•Vida a doble tiempo•° (Bruno Madrigal X Oc)

Bucle roto

Ahora podía decir que mi vida no era tan predecible, o más bien podía decir que ya no iba a tener la misma rutina.
Pero cuando una puerta se cierra, se haber una ventana y agradezco en cierta forma que sea así.

Después de lo ocurrido me fui a un callejón sin salida a poder desahogarme un poco, la gente no tenía derecho a saber cómo me sentía, si querían ser chismosos que lo fueran de frente.
Me deje caer contra la pared de ladrillos rojiza, y abrazando mis rodillas llore el silencio.

—Se te olvidó esto— conocía esa voz, en este momento solo podía pensar en que se me hacía fastidiosa.

Levanté la vista apenas para que no pidiera ver mi cara con mis ojos hinchados por llorar.
El me daba el sombrero de mi tío con algunas monedas.
Estiré un brazo y coloque el sombrero a un lado de mi.

—Gracias—me límite a decir mientras me limpiaba la nariz

Un sonido salió de su garganta, como si intentara encontrar las palabras correctas para iniciar una conversación e intentar consolarme.

—¿Se te ofrece algo más?— dije con un poco de irritación.

—Yo...—Murmuro— Solo lamento lo que pasó allá...—Hizo una pausa— estaba de paso.

Apresar de tener una respuesta que me disgustara, su tono de voz era como si en realidad lo lamentara

—Se cómo se siente que tú propia familia te excluya

—No tienes idea de nada— estaba mal, no podía evitar tener una humor de perro.

Sin darme cuenta, él se sentó junto a mi, continue sin mirarlo, no me interesaba lo que hiciera.
Pude escuchar como tomaba aire para hablar.

—Sientes que tu familia te excluye porque no cumples con sus requisitos, ellos piensas que nos te importan, pero en realidad son lo más importante en tu vida... Y cada vez que haces algo por su bien, ellos lo toman para mal porque no pueden confiar en tu palabra...

Levanté la vista y lo mire con las cejas caídas, y cierto interés.
Era exactamente como me sentía, deducía que él también por su mirada. No me veía a mi, si no a un punto fijo en el piso frente a el, como si estuviera inmerso en el más profundo de los pensamientos.
Cuando se percató me miró y nuestras vistas quedaron fijas.

—Lo siento — Se disculpo

—Yo lo siento... Si sabes cómo se siente...

No podía desviar mi mirada de él, era como verme en un espejo, de manera espiritual.
Él lo hacía también.

Sabía que aunque en ese sentimiento éramos iguales, éramos diferentes en muchas cosas, el era un extraño, no tenía que ser adivina para saber eso.
Es curiosos como una persona se siente igual o mas unida a otra por cosas iguales.
Si estás en un país extranjero el que alguien hable tu misma lengua te hace sentir más cercano a esa persona.
Si alguien tiene tus mismos gustos musicales, de vestir, te hace pensar que son espejos.
Pero en realidad siguen siendo polos opuestos.

—No necesito conocerte de toda la vida para saber que aunque no lo aprueben haces todas estas cosa por ellos

Lo mire con un sonrisa

—Pues lo haría, pero ahora sospecharía ya que no trabajo con mis compadres

Era cierto, ahora estaba sola, baje un poco la cabeza desviando la mirada pensando en como iba a hacer para estar tranquila sin tener noticias de mis hermanos, y sin poder sentirme segura al trabajar o robar.

—Yo puedo ayudarte.

Si hubiera estado bebiendo me habría ahogado, ¿porqué él querría hacer eso?