°•Vida a doble tiempo•° (Bruno Madrigal X Oc)

Vuelve

No me arrepentía de haber hecho lo que hice, pude pasar un tiempo con mi familia y también pude dedicarle una vela a mi padre, y pude ayudar a alguien de verdad.

Ví como todas las personas estaban con sus familias enteras, y eso, me hizo pensar un poco más y sentirme mal.

—¿No deberías estar con tu familia?— cuestionó la gitana.

No quería hablar del tema, pero no sé qué me ocurría una manera de evadirlo.

—¿Que me dices tu?— cuestiones de igual manera— Eres gitana, ¿qué no es la familia lo más importante?

—Touche. Pero no cuenta para mí.

La observé curioso...

—¿Porqué no?

Ella me miró de reojo y bajo su mirada levemente.

—Basicamente me echaron de mi familia— subió los hombros como si no tuviera importancia

Curvee mis cejas, no esperaba eso.

—¿De verdad?

Me miró con una sonrisa tenue.

—Asi es, digamos que no cumplí con las expectativas familiares.

Me sentí algo identificado con lo que dijo, un poco bastante.

—Te comprendo perfectamente...

Me miró con curiosidad.

—Es que mi madre piensa que no amo a mi familia, y en realidad si... además no proporciono mucha ayuda como mis hermanas.

Ágata Heredia

Me hizo sentir identificada, los dos éramos un maso de perdedores que no cumplían lo que su familia tenía que cumplir.

—Es que mi madre piensa que no amo a mi familia, y en realidad si...— mis hombros se aflojaron al escuchar esto— Además no proporciono mucha ayuda como mis hermanas.

En el mundo gitano, es raro ver a un hombre no saber que hacer, o sintiéndose menos que las mujeres de la familia.
Mi familia era una Familia Romani, que ,como toda mi familia, había llegado como inmigrantes viajeros.
Los Gitanos no se quedan en un solo lugar, siempre nos estamos moviendo,pero desde hace 20 años nos estancamos en esta comunidad.
Se luchaba por mantener las tradiciones.
La mujer es inferior, los hombres son los líderes y los respetados, que pueden hacer lo que se les antoje mientras que las mujeres solo pueden cuidar a los hijos, limpiar y permanecer elegantes para no avergonzar a sus maridos.
Mi vida no iba a ser el mantenerme callada, y eso fue lo que me motivo a marcharme.
Sumado a que golpee al chico que era mi prometido cuando me lo presentaron, como demostración de que me valía nada la tradición más importante de mi religión.

—Yo tampoco lo hago— sonreí mirando las velas en las calles.

—¿De que hablas?— me miró como si enserio no me creyera— tu siempre consigues dinero para tu familia ¿no es así?

—si, ese dinero es para mí familia pero... Lo que quieren no es el dinero, lo que quieren es que vaya y a que actúe como una princesa gitana, sirviendo a los hombres para demostrar que sería una buena ama de casa— chasqueé la lengua— no sirvo para eso

—¿Quién querría servir para eso?— su tono de voz me desconcertó

Lo mire extrañada
Enseguida desvío la mirada, seguro pensaba que había ofendido mi cultura.

—Exacto— su vista se poso en mi de nuevo— yo no quiero servir solo para eso— dije normal

—¿Por eso te expulsaron?