Vida de vidas

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Los mellizos caminaban por las calles de la ciudad.
Volvían del mercado luego de haber tenido ese desayuno tan reconfortante.

—¿Podrías moverte?— rogó a su hermano— Quiero llegar a casa—insistió.

—Dame un momento

Laurens había llegado a una de las que le parecía más  interesante en su libro.
No era problema que le impidiera caminar mientras leyera, pero está vez lo hacía.

—Laurens—dijo con voz ronca y tono de súplica.

—Ya voy— Laurens de mala gana cerró su libro.

Levanto la mirada y se detuvo en seco.
Su cara cambio a una de desagrado total y asco.

—¡Pero si es el prodigio de la escuela en casa!— un grupo de adolescentes no muy numeroso de acercó a ambos mellizos.

Laurens rodó los ojos con asco.

—¿Se te perdió algo Miguel?

A pesar de que los mellizos crecieran en su hogar, apartado de la ciudad, no impedía que tuvieran algunos conocidos.
Estos muchachos lo molestaban desde que tenía unos 10 años.
Siempre se mantenía indiferente, no le importaba lo que dijeran.

—No tiene que perderse nada para venir a fastidiarte come libros— dijo con superioridad

Saraí tenía el ceño fruncido, mientras que Laurens mantenía la cara de aburrimiento.

—Oye— dijo Laurens causal— Ya tu vida tiene que ser muy insignificante para que quieras desperdiciarla conmigo— el muchacho parecía indignado

Laurens y Saraí caminaron abriéndose paso ante los adolescentes.

Aquel chico parecía querer decir algo, seguramente algo para fingir que su orgullo seguía intacto.

—¡No te creas tan listo!—exclamó —Lo único que demuestras es que eres más listo que tu hermana. Como si ganarle fuera gran cosa— soltó una risa fastidiosa.

No logro procesar lo que había pasado hasta que estaba sentado en el suelo.
Laurens se acercó a él en algún momento y lo había golpeado a puño cerrado en el rostro.

—¡Ni se te ocurra hablar de mi hermana!

—¡Laurens!— Saraí no creía lo que su hermano había hecho.
Él siempre fue un muchacho que se defendía con palabras, con su conocimiento... Esto era nuevo. Sentía enojo.

La gente de las calles notaron la presencia de los jóvenes.
Todos susurraban y hablaban entre murmullos.

—¿No es el hijo de la gitana?

—Esa familia es un peligro

—Y nos quiere engañar con su apariencia educada.

—No te acerques a esos ladrones

Un murmullo llevaba a otros y un tema de volvía otro.

Laurens al percatarse de que lo que había hecho, era la causa de la paz de su madre rompiéndose a pedazos, soltó al muchacho.

Se volteo de inmediato, sujeto a Saraí del brazo para que le siguiera el paso al inicio.

Se apresuró a pisar la selva.

—...¡Laurens!— la voz de su hermana parecía recién haber entrado en sus oídos.

Se volteo a verla.
Ella se detuvo.

—¿¿Que fue lo que ocurrió??— pregunto al ver que había captado la atención de su hermano después de tantas llamadas.

—No lo sé— se excuso

°•Vida a doble tiempo•° (Bruno Madrigal X Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora