Paso

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Dos, dos vueltas enteras al sol habían pasado, y nuestros jóvenes seguían con sus corazones latiendo por el otro.
Cosas cambian y se quedaban a la vez...
Bruno ya no podía ir todos los días, y habían pasado tres desde la última vez que fue a su hogar.
Su madre lo hacía quedarse más ayudar, puesto que él ya casi no hacía esfuerzo por dejar de ser ese "monstruo" que todo el pueblo veía.

Corrió con alegría al volver a ver esa ciudad después de tres días.
Se encontraba frente a esa puerta que se sentía su hogar verdadero.
Entro sin más, pues era su hogar, no tenía porque tocar, sabiendo quien lo esperaba tras la puerta con toda la paciencia y amor del mundo.

—¡Llegaste!— Ági se abalanzó sobre él al percatarse de quien se trataba.

Se dieron un beso corto y Ágata se separó de sus brazos.

—¿Mucho que hacer?—pregunto Ágata

—Desearía venir todos los días.

—Bueno... Sabes que mi paciencia no se agota.

Ágata había cambiado desde que habían marcado la casa como la de ambos.
A pesar de no querer ser una ama de casa para un hombre, con Bruno era diferente, a ella no le molestaba cocinar ni limpiar, pues sabía que Bruno la ayudaba en cada una de estas cosas.

—Quedaron muy bien— dijo admirando las nuevas alfombras y mantas que su novia había confeccionado

Habían unas 5 mantas y alfombras.

—La venta va bien—dijo volviendo limpiando sus manos en un mantel—¿Comiste?

—Siempre hay espacio para tu comida

Ágata no era la mejor cocinera, pero sus platos decían "bienvenido a casa" en cada bocado.

Sentados ambos en la mesa disfrutaron de su cena.

—Baltazar volvió a aparecerse por aquí, quería saber si ya habías llegado

—En cualquier momento se quedará aquí— Río Bruno

—Por cierto ¿A qué hora debes irte mañana? Quiero que desayunes algo antes de irte

—En realidad estaba pensando en quedarme hasta tarde

—¿Qué? Pero... ¿Y si descubren que no estás?

—No lo harán— dijo en tono tranquilizador— Estuve dias trabajando, así que mi madre no  hara más que enojarse si no salgo de mi cuarto

Ágata pareció agradecer que se quedará más tiempo, pasar el tiempo con él era valioso, y así lo pensaba ambos sobre su tiempo juntos.

—¿Entonces te parece bien si mañana salimos con Baltazar?

—¿Mmm?

—Él nos invitó a pasear por una parte alejada del barrio gitano, y además irá su mujer.

—¿Ella no tiene problemas con que sea un Gorger?

—Para nada. Es igual a Baltazar en ese sentido

—Entonces para mí está más que bien

Terminaron su cena y como siempre que estaba, Bruno ayudo a lavar los platos.
Subieron a la habitación y descansaron como no lo habían hecho hacía tiempo.
Si estaban separados sentían que les faltaba algo importante, cuando estaban juntos ellos se sentían completos.

Bruno despertó con los primeros rayos del sol, y disfrutó de su primera vista al despertar.

Ágata tenía carácter, era orgullosa y terca...pero al dormir se volvía un ángel para Bruno.
Verla tan tranquila y en paz, los reconfortaba.

°•Vida a doble tiempo•° (Bruno Madrigal X Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora