pies en la tierra

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El tiempo paso rápido...
Para algunos.
Para ambos el tiempo pasaba rápido cuando estaban juntos.
En adultos jóvenes se habían convertido, y todo seguía igual aunque cambiaba.

—Pero Ági nena...— se quejaba Molly

—Tía no insistas— dijo con un tono de estar harta— no pueden venir, los amo pero... No pueden venir

—Pero son tus hermanos, ¿no crees que merecen ver a su hermana mayor en el altar?

—Tía—dijo intentando dar razón a su mente—¿ Te parece que mi mamá no sospecharía si sus 7 hijos no están?

—Bueno pues—intento seguir

—¿Y que no le dirían nada a mi mamá?

—Talvez

—Ademas ya lo hablamos, queremos algo discreto, algo que sea simple y pequeño

—Ay niña, hacer fiestas grandes es lo mejor de ser gitanos... La novia siempre debe ser quien más llame la atención

—Creeme tia, las tradiciones son geniales pero... Creo que estaremos felices así

—Almenos haz feliz a tu tía y se la más hermosa de la iglesia

—No será en la iglesia— dijo doblando las mantas que había hecho en el telar

—¡¿Entonces dónde?!

—Sería fuera del templo de la iglesia— dijo con un tono que quería que su tía dejara las preguntas— Tenemos una cámara, yo tengo mi vestido y tenemos a los invitados, ustedes— dijo señalando a su tía.

—Agí...— dijo como niña quejumbrosa

—Si te sirve de consuelo mi vestido no será lo clásico

Molly la miro como si hubieran logrado satisfacer una pequeña parte de su ambición.

—¿Como será?

—Mangas sueltas y abiertas en el antebrazo, blanco con un lazo verdad en la cintura— hizo una pausa mientras inhalaba para mantener su paciencia— y eso.

—Nena como gitana tienes que reventar en colores— se quejo

—Tía...— dijo ya cansada

La puerta sonó, esperando que se tratara de su ahora prometido, abrió la puerta.

Y ahora tomo las riendas para informarles...
Algo de lo que habían tenido en mente desde que se conocían se iba volver realidad al día siguiente.
Los nervios no se sentían, era un aire sereno y tranquilo el que había en la casa de Ági y Bruno.
El tema solo pasaba con un color rosado, y ambos, aunque ansioso, estaban en paz.

Si bien era el comienzo de algo nuevo, era el fin de el pasado.

Abrió la puerta y pudo ver con una sonrisa que tenía un aura de color rojo—el color del amor y la pasión—y lo abrazo como tantas veces.

—Hola Molly— saludo el pelinegro

—Hola tesoro, dime qué tu traje será llamativo— y la loca seguía y seguía

—Pues será bastante normal— dijo mientras entraba y cerraba la puerta tras el.

Molly hizo un puchero

—Dios, almenos haz que salga un arcoiris para que está boda tenga color— dijo revolviendo su té— amén

—No hagas que me arrepienta de invitarte.

—Mi princesa Gitana~

Canturreó Baltazar desde la ventana.

—Es hora de irnos, mañana será un día importante y hay que dejar a los prometidos hablar

°•Vida a doble tiempo•° (Bruno Madrigal X Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora