Christian
Despierto desorientado, miro a mi alrededor, esta no es mi habitación, escucho el sonido de la maquina y recuerdo en donde estoy. Miro a Gia, quien duerme tranquilamente. Me acomodo bien en el asiento y muevo la cabeza de un lado a otro. Dormir en estos sillones de hospital es horrible, recuerdo perfectamente lo que paso anoche y la piel se me estremece de nuevo. Pasamos toda la noche aquí para que lograran estabilizarla.
Gia tomo sus pastillas de dormir, pero se excedió, trato de quitarse la vida por la discusión que tuvimos en la noche. Afortunadamente llegamos a tiempo al hospital y le hicieron un lavado de estómago para eliminar lo que tomo.
Paul entra y me deja la maleta que trae adentro la ropa de Gia, en unas horas la dan de alta. Miro mi celular, son las 10 de la mañana, había olvidado por completo que tengo que viajar a California para ver el cultivo de uva. Suspiro, tengo que reprogramar el viaje hasta que Gia se encuentre un poco mejor. Leo los correos que tengo y también por completo se me había olvidado que hoy a la una tengo de nueva una reunión con los Steele para ver las nuevas producciones del vino, tengo que ir a casa a darme un baño rápido y llegar a tiempo a la junta. Pero antes debo dejar a alguien cuidando a Gia.
—Chris... —escucho decir a Gia— Christian —habla demasiado bajo, dejo de mirar el celular y la miro. Se ve tan débil que me hace sentir de nuevo culpable. Me observa con los ojos entrecerrados.
Guardo el celular y me acerco a ella. Sin decir nada.
—Quiero agua —se escucha ronca, y como no después de todo lo que paso.
Solo asiento, camino hacia la puerta para buscar a una enfermera o doctor, antes de que abra la puerta su voz me detiene.
—No me dejes sola, por favor —la miro y de inmediato de nuevo la culpa me carcome. Por mi ella está aquí, así. Si yo no le hubiera hablado del divorcio, por lo menos no ahora ella lo habría tomado con calma y no hacer lo que hizo.
—No te voy a dejar, solo voy a buscar a alguien para que venga a verte, no fue buena noche la que pasaste Gia.
—No quiero a nadie... solo te necesito a ti —su mirada luce cansada. Me tiende la mano para que vaya a ella y la tome, dudo, no sé qué hacer, en eso entra un doctor junto con la enfermera, me miran y después miran a Gia.
—Señora Grey despertó —menciona el doctor quien se acerca a checarla— es un milagro que este aquí, más por todo lo que ingirió, lo que hizo no fue bueno. Por fortuna su marido la trajo a tiempo y nos enseñó que es lo que ingirió para así poder atacar más rápido el medicamento.
Ella me mira, me extiende de nuevo su mano. Suspiro y me acerco a ella. La tomo de la mano y ella me da una ligera sonrisa.
—Cree que ya me pueda ir doctor —mira al doctor quien anota algunas cosas mientras que la enfermera revisa su suero.
—Le decía a su esposo que sí, pero esperemos un poco más de tiempo para ver como su cuerpo mejora. No digo que su evolución no ha sido buena, pero esperemos un poco más de tiempo, como le dije lo que ingirió no fue algo menor y como le dije llego a tiempo. Esperemos unas cuantas horas más y después usted y su esposo podrán irse a descansar, que el también ha estado a su lado, en ningún momento la ha dejado sola.
—Gracias —menciono y el doctor me da una ligera sonrisa y asiente.
—Doctor, le decía a mi esposo que necesito agua —me mira tiernamente y la culpa se me carga más.
—Claro, en un momento la enfermera le trae agua y un poco de comida.
La enfermera y el doctor se marchan, Gia me acaricia el brazo.
—Gracias por estar aquí, por cuidarme.
Carraspeo—. Es mi deber como esposo, además como no te iba a traer si pusiste en riesgo tu vida Gia, nunca lo vuelvas hacer, por favor —trato de que mi voz suene firme, independientemente de todo lo que Gia y yo hemos pasado, me preocupa que pueda volver a atentar contra su vida, y todo por mis decisiones tan precipitadas.
—Se que lo que hice no estuvo bien, pero como querías que reaccionara si me pediste el divorcio —deja de tocarme, no me mira, mira a sus manos— se me escapo de las manos, además entiéndeme Christian, llegas a pedirme el divorcio después de que volviste a ver a esa mujer —esto ultimo lo menciona con coraje— de inmediato pensé que al verla ella te pidió que me pidieras el divorcio.
—Gia de eso hablamos después no es el lugar ni el momento.
—No Christian, cuando será el momento, entiéndeme te amo y por eso hice lo que hice, no quiero perder tu amor, eres todo para mí. Sin ti me moriría y ya lo comprobaste, eres mi todo y por ti estoy hacer eso y mucho más, por salvar nuestro amor. Porque sé que me amas, pero el ver de nuevo a esa mujer hizo que te confundieras, y lo entiendo es normal. Te perdono —menciona de inmediato y la miro sin creer lo que dice— te perdono por haberme pedido el divorcio, se que actuaste por impulso, pero sé que me amas a mí. Además, esa mujer te dejo por otro hombre, esta casada y no creo que ella haga el sacrificio de divorciarse, si no lo hizo una vez no creo que ahora lo haga.
Me alejo de ella y camino hacia la ventana, lo que dice Gia me lastima porque a pesar de todo sigo amando a Anastasia, ¿Qué estará haciendo en este momento? Tal vez este con su esposo, desayunando o terminando de haciendo el amor mientras se ríen de mi y de lo ingenuo que sigo siendo. Al imaginarme esa escena de ella con el en la cama el coraje crece dentro de mí, debo dejar de pensar en un momento en ella y concentrarme en mi hijo, lo único que importa es el, porque se que es mi hijo, algo me lo dice muy dentro de mí. Ahora lo que hizo Gia es algo de que preocuparse, es capaz de atentar contra su vida con tal de no perderme.
—Christian, amor... quiero que lo intentemos por última vez, no podemos tirar a la basura todos estos años, por algo nos casamos. Yo te amo —escucharla decir esas palabras me duele. Crea en mí una culpa porque si llegamos a esto fue por mí, porque yo no supe afrontar mi dolor y la arrastre a mi desgracia.
—Gia... —me volteo y la miro, estoy a punto de hablar cuando la enfermera entra y le deja la comida.
No menciono nada, ella empieza a comer y me invita a su lado, todo hubiera sido tan distinto si Ana no hubiera regresado a mi vida, o que yo no la siguiera amando como la amo y no solo eso, sino con un hijo, fruto de nuestro amor.
.
La junta termina, Raymond sale sin mencionar ni una sola palabra. Luke me mira y puedo ver un destello de odio en su mirada, no dice nada, se levanta y se marcha. Anastasia luce pensativa, me mira. No menciono nada mientras me levanto y arreglo mi traje, camino hacia la puerta y salgo. Escucho unos pasos detrás de mi pero no me detengo ni volteo a ver quien es.
—Chris... —escucho su voz— Christian espera —la voz de Anastasia me detiene, me giro y la encuentro frente a mí, al mirarme abre los ojos como platos ¿acaso pensaba que no me iba a detener?
—¿Sucede algo? —miro como traga hondo y asiente, se acerca un poco más a mí.
—Supe lo que le paso a tu esposa —asiento, pero no digo nada— no sabes cuanto lo siento, sabes muy bien que si necesitas ayuda estamos aquí. Además, no era necesario que vinieras a la junta, comprendemos perfectamente lo que paso.
—Gracias, pero no creo que sea algo que a tu familia o a ti les importe. Además, necesito tenerlos cerca para saber que no harán algo chueco tras mis espaldas.
—Yo solo quería...
—¿Que querías Anastasia? —me acerco más a ella y retrocede— ¿enterarte porque Gia lo hizo? ¿o burlarte de que mi matrimonio es un fracaso?
—No... no se de que me estas hablando... —la sostengo por el antebrazo y la aprieto con fuerza sus ojos se cristalizan.
Observo en su mirada miedo, dios, esto no es lo que quiero que tenga de mí, pero estando cerca de ella no me puedo controlar, me provoca tantas cosas que con ella me vuelvo diferente, más al descubrir su engaño.
—Gia y yo estamos bien, mi mujer tuvo una crisis, pero con mi ayuda se repondrá, gracias por preocuparte, pero no necesitamos de tu ayuda, ni ninguna que venga de tu familia.
La suelto y me marcho sin mirar atrás, todo esto de Gia me tiene mal, y más lo de Anastasia, mi vida se esta derrumbando.
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Prometo no olvidarte
RomanceDos familias que se odian a muerte, pero no cuentan que entre Christian Grey y Anastasia Steele surgirá el amor. Tendrán que luchar contra sus mismos padres para defender su amor y decir: -"Prometo no olvidarte". © Todos los derechos reservados MMX...