Capítulo XXII

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Terry y yo vamos en el elevador, no deja de mirarme, pero lo hace analizándome, se que quiere decirme algo, pero no menciona nada. No puedo sacarme de la cabeza la imagen de Anastasia y su hijo, omito la parte de su marido, pero viéndolo bien no se parece a él, tiene el color de ojos de Anastasia y la sonrisa de alguien que me recuerda mucho pero no se quien es.

Salimos del elevador y ya una secretaria esta lista para llevarnos a la sala de juntas, donde Raymond Steele conocerá al dueño de todo esto. Pasamos a la sala y tomamos asiento, desde aquí puedo ver que se tiene una vista espectacular. Me levanto y camino por el gran ventanal que hay. Quien iba a decirlo que hace cuatro años estuve aquí no era nadie, y ahora soy uno de los empresarios más ricos y tengo en puerta un par de negocios que serán todo un éxito.

—Christian —Terry me llama, lo miro.

—¿Qué sucede Jacob? —en ese momento mi celular vibra. Es un mensaje de Gia, no quiero leerlo así que lo bloqueo.

—¿Tuviste algo que ver con la señora Hyde?

Frunzo el ceño, quien es ella, Jacob nota la confusión en mi cara y carraspea.

—Es Anastasia, solo que todos la llaman por el apellido de casada.

De inmediato me pongo serio e incómodo. Me acerco a el y tomo asiento a su lado.

—¿Por qué la pregunta?

—Por la manera en que la miraste y porque hay algo que llama mi atención—. Lo miro sin comprender lo que dice—. El niño, su hijo de Anastasia es idéntico a ti.

Doy una risa sarcástica, eso es lo mas absurdo que he escuchado.

—Como dices eso Jacob, es lo más tonto que he escuchado.

—Christian —me mira serio— te conozco desde hace años, y mira no hay que ser experto para saber cuando alguien se parece o no, o de plano eres muy ciego pero ese niño tiene tu sonrisa y sus gestos. Eres tu de pequeño. Además del color de cabello. Eso era lo que te iba a decir cuando Anastasia llego.

Dejo de reír y miro con incredulidad a Jacob. Estoy a punto de hablar cuando Raymond entra, me mira con odio, en este momento es lo que menos me importa, necesito averiguar la verdad acerca de Christopher.

—Jamás imagine que un Grey pisara mi empresa —lo dice con coraje, me importa un bledo, el y los malos manejos de su hijo y su yerno han cobrado factura.

—No tengo la culpa de los malos manejos que tu empresa ha tenido —menciono con superioridad.

—Pero no creas que es por mucho tiempo, voy a recuperar mi empresa sea como sea.

Me rio, aun tiene la esperanza de recuperar algo que ya no es suyo. Incrédulo.

—Pues solamente que pagues los 30 millones de dólares que se deben, porque eso es lo que he pagado por saldar cuentas y la producción siga ¿Qué no lo recuerdas?

El me mira con odio, así es, salve esta empresa del lio que estaba, al no tener capital no podían realizar la producción y con ello no cumplirían contratos, pero es que Raymond no era el afectado en todo esto, sino Anastasia, quien es la directora general y ella no se merece pagar las mierdas de su padre.

Aunque trates de negarlo la amas Christian —me grita mi conciencia, hago caso omiso a ella y me concentro en lo que estoy.

Raymond esta a punto de hablar cuando ella entra, lo hace junto a su marido y dos hombres más.

—Señor Grey —habla mi abogado— los hijos y accionistas del señor Steele.

Luke, Anastasia y Ethan.

Prometo no olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora