Capítulo XXX

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D I A S      D E S P U E S

No espero a que el auto se detenga por completo, me bajo de inmediato, subo las escaleras y me detengo en la entrada de la empresa, miro hacia arriba, exactamente a donde se que esta la oficina de Anastasia.

Entro y no saludo a nadie, el elevador parece estarme esperando, subo sin esperar a que alguien mas y marco la planta numero 15. Tengo tanta rabia en mí, no que en este momento si Jack se cruza frente a mí no sé que soy capaz de hacer, las puertas se abren y bajo, de igual manera no saludo a nadie, camino hacia la oficina de la persona que me debe una explicación y aunque me la de jamás le podre perdonar el que me mintiera de la manera en que lo hizo y me ocultara por 4 años la verdad de mi hijo.

Estoy a unos cuantos pasos de la oficina de Anastasia cuando la voz de Ryan me detiene.

—Christian tienes que firmar esto —no me detengo, pero Ryan es más rápido que yo y cuando lo veo esta frente tendiéndome unos papeles. Le digo que no con un movimiento de cabeza, pero el habla más rápido que yo.

—Es importante —susurra por lo bajo y mira hacia frente a mí, giro lentamente y ahí se encuentran Anastasia, su padre y ese maldito infeliz que al verme se acerca a ella y la toma de la cintura y me sonríe cínicamente.

Nadie menciona nada y me dirijo a mi oficina con Ryan tras de mí.

—¿Qué es eso tan importante que tengo que firmar? —suelto sarcásticamente, Ryan me da una mirada de reproche.

—Son de la transacción de la empresa. Sabes te previne de una estupidez que ibas hacer.

—¡Cuál estupidez por dios! —exclamo furioso— no iba a decirle a Anastasia mas que la verdad. Que se muy bien que ella me mintió, me alejo de mi hijo por años, me negó ser padre. Creme que eso es algo que jamás le voy a perdonar.

—Entiende sus razones....

—¿Ella entendió las mías? —grito furioso— te diré ¡no lo hizo! Se caso con un infeliz burlándose del amor que le tenía. Jamás me dijo que estaba embarazada, mi hijo a crecido a lado de un maldito infeliz al que le dice papá. ¿Acaso sabes cómo me siento? Me siento humillado, despedazado, porque ese infeliz está disfrutando de los mejores años de mi hijo mientras que yo me amargo por un matrimonio que es un fracaso.

—Matrimonio que tu solo te buscaste.

—¿Qué querías que hiciera? ¿Qué le rogara por su amor? —me rio sin poder creer lo que Ryan piensa—¡jamás!

—No me refiero a eso, hubieras hablado, pedido una explicación, pero tus arranques de macho te llevaron a casarte y hacerle una vida infeliz a Gia y a ti, vete ahora como estas, porque no creo que ese enojo solo sea porque Anastasia te negó a tu hijo, sino que también es por ella, porque te da coraje pensar que todas las noches el esta en su cama y la ....

—No te atrevas a decirlo, no puedo imaginármelo, no quiero.

Trato de tranquilizarme porque estoy a punto de reventar. Decido enfocarme un rato en el trabajo. Ryan no menciona nada más, cuando enfrente a Anastasia debe de estar sola, sin que su hermano, padre o ese infeliz estén cerca. Tengo que buscar la manera de cómo hacerlo, algún pretexto debe de haber para que ella y yo estemos solos.

—¿Cómo ha estado todo aquí? —le pregunto a Ryan mientras observo los papeles que tengo en mi escritorio.

—Bien, estos días que estuviste fuera no hubo ningún problema, todo estuvo bien supervisado.

—Seguro —alzo una ceja, el solo asiente. Firmo los documentos de las acciones y suspiro.

—¿Sucede algo?

Prometo no olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora