Capítulo XXXVII

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—¿Cómo que tengo un nieto? —mi madre me mira incrédula, pidiéndome mil explicaciones.

—Como lo escuchas —me siento en la silla y me recargo en ella— y no voy a dar explicaciones, solo deben de saber que son abuelos.

Mi madre me mira sin poder creer lo que digo, y trata de hablar, pero no sabe que decir.

—Esa mujer —menciona después de un tiempo— esa maldita mujer logro lo que siempre quiso, se metió de nuevo en tu vida por los ojos y no solo eso, sino hasta embarazada salió, es mas inteligente de lo que pensé, pero... ¿Cómo sabes que es tuyo? Bien puede ser de otro y esta solo sea una mentira más, te recuerdo que esa mujer te engaño y ella está casada, y ese escuincle bien podría no ser tuyo ¿Cuántos meses tiene?

Me rio mientras me muerdo el labio —es mi hijo porque es mi vivo retrato —mi madre me mira sin entender lo que le estoy diciendo, tomo la foto que tengo en mi escritorio y camino hacia donde están ellos, les muestro la foto que tengo de Christopher— les presento a su nieto, Christopher.

Mi madre toma el portarretrato y pasa su mano por la foto, mi hijo es idéntico a mí, mis padres se sorprenden al verlo como yo lo hice en un principio.

—¿Es mi nieto?

—Si— asiento— el es su primer nieto.

Sujeta la foto con fuerza, no deja de mirarlo, se que es lo que ella mas anhela, tener un nieto entre sus brazos y es lo que esta teniendo.

—Es igualito a ti, excepto por el color de los ojos y la sonrisa —no deja de admirarlo, pero después me mira seria— ¿Por qué nunca nos dijiste?

Me da una mirada de reproche, suelto un fuerte suspiro y miro hacia el gran ventanal que tengo frente a mí, donde puedo ver los grandes edificios y urbes de Seattle.

—Porque al igual que ustedes yo me acabo de enterar —menciono sin siquiera mirarlos.

—¿Qué? —mi madre se levanta de su lugar y me mira molesta, mi padre solo observa, no ha mencionado ni una sola palabra, pero en su mirada puedo ver alegría y también muchas preguntas por hacerme. Se muy bien que al igual le hace ilusión y también le causa cierto dolor porque su amor con la madre de Anastasia no dio frutos como lo dio nuestro amor.

—Es obvio Grace, si Christian se hubiera enterado de la existencia de su hijo, hace años no estuviera casado con Gia ¿o no es así Christian?

Asiento sin mencionar nada, mi madre le da una mirada de molestia a mi padre quien vuelve a mirar la foto de mi hijo. Y lo que dice mi padre es completamente cierto, mi madre de cierta manera contribuyo a que me casara con Gia, tal vez si hubiera esperado un poco más Anastasia y yo estuviéramos juntos, y no hubiéramos sufrido todo lo que sufrimos, pero el destino lo quiso así, yo no espere y Anastasia no me busco, y ahora estamos aquí culpándonos y sufriendo las consecuencias de nuestros actos.

—Ahora resulta que es mi culpa —mi madre nos mira molesta, sin poder creer lo que mi padre dice.

—Bien sabes que si —mi padre vuelve a contratacar, deja la foto de mi hijo en el escritorio y enfrenta a mi madre— siempre quisiste controlar la vida de nuestros hijos, pero mas de Christian, siempre quisiste que las cosas fueran a tu manera y ve, mira las consecuencias. Nos alejaron de nuestro nieto, nos perdimos los primeros años de vida, y todo por qué. Porque te aferraste a ese maldito pasado. Jamás pudimos ser felices por tus inseguridades y tus malditos fantasmas.

—No todo es mi culpa, tu que te enamoraste de esa maldita mujer —mi madre reprocha con lagrimas en los ojos.

—Tal vez lo hice, pero me casé contigo, y te aprendí amar a mi manera, pero tu siempre le tuviste miedo al pasado y ese lo arrastraste hasta nuestros días.

—¡NO! No todo ha sido mi culpa —interrumpo a mi madre.

—Basta... el que yo me haya casado no fue culpa de nadie sino mía, yo debo de asumir la consecuencia de mis actos, tal vez pensaste que Gia era lo mejor para mí, pero yo también actúe con inmadurez y no medí las consecuencias, ahora me toca asumirlas y seguir adelante, yo recuperare el tiempo perdido con mi hijo, y ustedes se acercaran a su nieto.

—¿Y Gia? Que pasa con ella —mi madre me pregunta, mi rostro cambia a enojo.

—No les conto —pregunto sarcásticamente.

—No, solo me llamo diciéndome que la habías abandonado, ahora sé muy bien por qué.

Niego de inmediato, no puedo creer que Gia tuvo el cinismo de decirle a mi madre mi pecado, pero no decirle lo que ella había hecho.

—No, no fue por eso que la deje, de hecho, ella está embarazada —me contengo a insultarla, no se lo merece—pero no de mí, está embarazada de otro hombre.

—¿Qué? —mi madre me mira sorprendida— ¿Cómo puedes decir eso de tu esposa?

—Pues ¨mi esposa¨ me pinto los cuernos, nada más y nada menos que con un Steele —mi madre abre los ojos— Luke Steele, se revolcó en la misma cama que lo hizo conmigo, ese perro la embarazo. ¿Así quieres que este con una mujer que me ha engañado?

Mi madre me mira horrorizada, mi padre no sabe que decir. Solo suspiro, no me queda nada más que hacer.

Me siento de nuevo en mi silla, se que para mis padres todo esto es demasiado, si para mi lo es. Mi madre después de un largo tiempo en silencio habla.

—Debes de quitarle el niño a esa mujer —miro a mi madre y esta mira hacia la gran ciudad que tenemos de frente.

—Grace —mi padre habla— escucha lo que estas diciendo, como le puedes decir eso a nuestro hijo.

—No digo nada que no se pueda hacer —mi madre mira a mi padre— esa mujer nos ha robado los primeros años de la vida de nuestro nieto, tu mismo lo dijiste nos hemos perdido momentos importantes de su vida, ya es tiempo que este con nosotros, con la familia que pertenece, con los Grey.

Mi padre niega de inmediato y me mira.

—No le hagas caso a tu madre —mi padre se aleja de ella y se acerca hasta donde estoy— se que mi nieto merece estar contigo, pero debemos entender los motivos que tuvo Anastasia para alejarlo de ti...

—Ningún motivo es suficiente para alejar a un hijo de su padre, si ella hubiera querido jamás hubiera permito de Christian se alejara, ella decía amar a mi hijo pero al primer obstáculo se alejó, nuestro hijo merecía saber la verdad y el tomar la decisión de si formar parte de la vida de su hijo o no, pero ella que hizo, tomo el camino mas fácil, se caso y le dio un padre a mi nieto, sin pensar en el dolor de mi hijo.

—Pero él ya había hecho su vida...

—Dirás lo que quieras, pero ella decía amar a mi hijo y no lucho por él, su madre en cambio su lo hizo, y sabes porque, porque te amaba, pero tu le dijiste que lo mejor era seguir cada uno con su vida y así fue, ambos se dijeron adiós. Pero ella no, ella fue una cobarde que ni siquiera le dio una explicación a mi hijo, ahí es la diferencia del amor.

De repente dejo de escuchar lo que mis padres dicen, pensé que mi madre tomaría a mal el tener a un nieto fuera del matrimonio, pero no fue así, al ver como le brillan los ojos me hizo darme cuenta que el odio que le tiene a Ana es independiente al cariño que le tendrá a su nieto. Ahí es donde me doy cuenta que mi madre tiene razón, Anastasia me quito años con mi hijo, momentos importantes como sus primeros pasos, las primeras palabras, sus primeros dientes, su sonrisa, el ver como iba dejando de ser un bebé.

—Ya tomé mi decisión —mis padres dejan de pelear y me miran— voy a pelear por la custodia de mi hijo —mi madre sonríe ante mi decisión, mi padre me mira serio, sin poder creer lo que estoy diciendo—. Anastasia me quito los primeros años de mi hijo al igual que a ustedes.

—Hijo, pero...

—Mi madre lo interrumpe.

—Tomas la mejor decisión, esa mujer tiene que pagar el haberte alejado de mi nieto.

—Christian —mi padre me mira serio, jamás lo había visto mirarme así— vas a cometer un grave error.

Mi madre se acerca hasta donde estoy, me toco mi mejilla— es tiempo de que nuestro nieto crezca a nuestro lado...

Prometo no olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora