Capítulo XXXII

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Anastasia

Llego a casa de mis padres, subo despacio sin hacer ningún ruido. Llego a la recámara de mi hijo y me acuesto con él, no quiero estar en la habitación que siempre comparto con Jack, ya no. Le doy un beso a mi hijo, le tomo una foto y de inmediato se la mando a Christian.

—Tu papi ya sabe la verdad mi amor —le hablo a mi hijo quien esta profundamente dormido— y esta dispuesto a todo por estar contigo. Por estar con nosotros.

Me llevo la mano a mis labios recordando el beso que nos dimos, sonrío de inmediato. No puedo creer que después de cuatro años me siga poniendo igual de nerviosa como la primera vez. Me acomodo mejor en la cama y no dejo de sonreír. El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos.

"Se ven tan hermosos. Son lo mejor que la vida pudo haberme dado. Los amo. Dale un beso de mi parte a Chris... y uno también a mi amada".

Le contesto de inmediato.

"A sus ordenes sr, pero... ¿a su amada no le molestara que le mande un beso que no es a ella?"

"No, ella sabe muy bien que es la única en mi corazón"

"Pues que compartida"

"Lo es, es lo mejor que me pudo haber pasado en la vida. Mi hijo y tu son el mejor regalo de la vida. Te amo Anastasia futura Sra. Grey"

Le mando muchos corazones y me quedo dormida, no se si vamos muy rápido, lo que se es que ya no estoy sola, ahora si estoy dispuesta a luchar contra todos por el amor de Christian porque se que el esta a mi lado.

Me despierto y apago mi alarma antes de que Christopher despierte. Tengo dos mensajes de Christian y varios de Jack. No abro ninguno. Voy por mi maleta a la recámara que comparto con Jack y regreso a la de mi hijo, me quito el vestido que ya esta todo arrugado porque dormí con él, me quito el maquillaje y me meto a bañar. El agua me relaja, durante cuatro años esto ha sido lo que me ha relajado de todo el infierno que he vivido como matrimonio. Si, infierno. Nunca quise aceptarlo por miedo a creer que había fallado, como hija, madre y esposa, siempre creí que con Jack nuestro matrimonio no sería ideal, pero si llevadero, pero no resulto así, el con sus celos enfermizos y yo amando a otro hombre no nos llevó a ningún lado.

Se muy bien que nada tengo que reprocharle a Jack en cuestión de Christopher, lo ha querido como su propio hijo, ha estado con el todo el tiempo y se que ambos se adoran como padre e hijo.

Debo de buscar la manera y ser cuidadosa, Jack por el momento no se debe de enterar que Christian ya sabe la verdad porque eso nos dificultara mas las cosas. Christian tiene que ser el dueño absoluto de todo para que Christopher no sufra las consecuencias. Mi padre no sabe, pero estipule una clausula en donde si a mi me llegaba a pasar algo el único que podía hacerse cargo era Christian, y que el cómo padre biológico de Chris es el único que tiene derecho a tener la custodia completa.

Debo de hablar con Christian para pedirle que aguante un poco más en reconocer a Chris como su hijo, sé que él tiene ganas de que ya todo el mundo lo sepa, pero no puede ser así por el momento. Tengo miedo de enfrentar a mi padre, pero sé que tarde a temprano tengo que hacerlo por el momento debo de irme preparando para que el no pueda hacernos nada.

Termino de bañarme, salgo del baño y Christopher aun sigue dormido, me visto rápido, me arreglo el cabello y me pongo un poco de maquillaje.

Me despido de mi hijo y salgo de la recámara, camino hacia la cocina y ahí se encuentra mi madre y Leila, ambas me miran, pero no dicen nada.

Me sirvo un poco de jugo y tomo una tostada.

—¿Y? —pregunta mi madre— ¿Cómo te fue anoche? —da un sorbo a su café. Leila me observa atenta. No se que decir.

Prometo no olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora