Capítulo I

2.1K 154 16
                                    

Dicen que el pasado de una u otra manera siempre llega a uno, Carla y Carrick se enamoraron sin saber que sus padres lo habían hecho. Y lo peor es que sus hijos siguieron el mismo camino, tres generaciones marcadas por el amor y el odio que hay entre familias. Pero a diferencia de sus abuelos y sus padres, Christian y Anastasia demostrarán que su amor es más fuerte que lo que dice la gente, sobre que los Grey y los Steele tienen un capricho y no un verdadero sentimiento y que a pesar de que intenten separarlos sus corazones se dirán...

Prometo no olvidarte.

Anastasia 

Escucho el despertador sonar, no puede ser, ¿no puedo dormir más horas? Estiro mi mano y golpeo todo hasta que llego a él, lo apago. Me voy a despertar tarde, por un día que lo haga no pasa nada. El sueño me está ganando de nuevo, pero de inmediato recuerdo que hoy es mi viaje, regreso de nuevo a California. Me levanto de inmediato, y miro la hora ¡maldita sea! no me va a dar tiempo tomar mi vuelo. Corro hacia el baño quitándome la bata de dormir, ayer se me olvido por completo cambiar la hora de mi despertador. ¿Cómo se me pudo pasar? Tengo una hora para llegar al aeropuerto.

Me doy un baño super rápido. Me pongo un pantalón de mezclilla, una blusa blanca con una chamarra azul y mis zapatos negros. Me cepillo el pelo y trato de hacer lo mejor que puedo. Tomo mis maletas mientras pido un taxi.

El chofer me ayuda a subir las maletas y se incorpora a la avenida principal. Mia va a matarme por llegar tarde. Odia la impuntualidad. Al llegar al aeropuerto, bajo mis maletas y entro. Busco la sala para checar. Mia ya esta ahí, me da una mirada seria.

—Me hubieras dicho que pasara por ti. Sabía que no podía confiar en tu puntualidad—menciona mientras pone los ojos en blanco. Caminamos hacia la sala para checar.

—Perdón, se me quedaron pegadas las sabanas, vamos a checar y después por algo para desayunar, muero de hambre.

Suspira y me mira—. Esta bien. ¿ya le llamaste a tus padres?

Me muerdo el labio, me va a matar cuando le diga que no vamos a llegar directo Seattle, sino a la hacienda de mis padres, en California.

—Mia, no me mates. No vamos ir Seattle directo, primero vamos a la hacienda de mis padres, en California.

—Ana... —dejamos de caminar y me da una mirada reprobatoria— no quieres llegar porque sabes muy bien que sería el anuncio de tu compromiso con Jack ¿cierto?

—Si, no sé, algo me impide estar con él.

—Sabes que te acompaño en tus aventuras porque eres mi cuñada y lo más que quiero es verte feliz —me da una sonrisa y yo asiento—. Tal vez lo que te hace falta es conocer a un hombre que te haga temblar con solo mirarte, que te haga sentir como nadie más lo ha hecho, que sus besos te quemen, pero a la vez te lleven al cielo. Que sientas que con el lo tienes todo. En verdad nunca entendí porque decidiste aceptar que eran novios.

—Pero con Jack.

Mia pone los ojos en blanco—. A Jack le tienes cariño porque desde niños crecieron juntos, además tu papá siempre te metió en la cabeza que su fortuna de el y la tuya tenían que estar juntas pero tu sabes muy bien que no es así. Si lo vas aceptar es porque en verdad lo amas, no porque tu padre te diga que lo tienes que hacer. No cometas el mismo error que tu hermano Luke.

Suspiro, Mia tiene tanta razón. Luke se caso con Leila porque para mi padre era un buen negocio hacer crecer ambas fortunas. Con Ethan ha sido todo lo contrario porque el siempre ha impuesto su voluntad, además de que Mia y el están realmente enamorados.

Prometo no olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora