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Las feromonas son sustancias químicas secretadas por los seres vivos, con el fin de provocar comportamientos específicos en otros individuos de la misma especie. Son un medio de transmisión de señales volátiles, que luego se dispersan por el ambiente.​


Se sentía terriblemente perdida en una ciudad enorme que no conocía. En el pueblo, de donde ella venía, todos se conocían entre todos y unas cuantas cuadras y ya terminaba el territorio.

No había futuro allí, tenía que huir de ese lugar así que lo mejor fue estudiar una carrera en la gran ciudad capital.

Pero no pensó que sería tan grande y emocionante. Excitante, era una ciudad de lujos y extravagancia.

Nunca había visto tantos colores de cabello distintos, si bien el suyo era singular en la capital había un sinfín de colores paseando por doquier.

Estaba frente a las puertas de la universidad, los pilares enormes la hacían sentir pequeña . Ingresó y se topó con una gran escalera que se dividía en dos en cierto punto.

¿Y ahora?

¿A dónde debería ir?

— Te ves un poco perdida. ¿Eres ingresante?

Una hermosa chica de cabello negro hasta la cintura atado con los listones en forma de coletas le habló. Sus ojos eran hermosos y una sonrisa adornaba su rostro.

— Es mi deber como parte del centro estudiantil guiar a los nuevos, aunque yo también soy nueva pero me familiarizo con el lugar. ¿A qué aula debes ir?

— A la 26.

— ¡Oh! No te pregunté tu nombre, que torpe.

— Soy Anya, Anya Forger.

— Mi nombre es Becky, Becky Blackbell. Tenemos que ir a la misma clase así que sígueme.

Siguió a la chica por detrás. Tenía un estilo único por su forma de vestir, sumamente elegante.

Al llegar al aula, quitó su mochila y dejó caer su cabello que mantenía oculto en la capucha de su buzo blanco.

Sintió una mirada en sus espaldas y la piel se le erizó.

Al mirar hacia atrás se topó con unos ojos color miel, casi amarillos, brillantes. Era una mirada feroz con una sonrisa un tanto pedante.

Muchas personas en la ciudad tenían ese modo de mirar, como si te estuviesen viendo desde arriba.

Se sentaron junto a la morocha y poco después llegó el profesor. Sintió vergüenza cuando pronunció su nombre y alzando la mano dijo presente.

Todo era nuevo para ella. Al salir del pueblo se dio cuenta que no sabía nada del mundo, de la vida, lo que es explorar, experimentar.

La ciudad estaba llena de luces y lugares que te invitaban a pecar.

¿Caería ella en esas tentaciones?

Volvió a sentir una mirada y de nuevo volteó a encontrarse con los ojos de ese chico. No le dio mucha importancia, quizá no la miraba a ella. Quizá la gente aquí en la ciudad era así, simplemente rara.

Al terminar la clase se chocaron en la puerta, a ver quién pasaría primero. Blackbell protestó, el chico de cerca era más alto de lo que parecía. Tenía un cuerpo prominente, sus hombros eran anchos, su piel pálida, sus ojos pestañas largas y tupidas. Sus labios eran finos y rosados.

¿Por qué lo miró tanto?

Sintió un cosquilleo en la boca del estómago y un fuerte latido atravesó su corazón.

Anhedonia | DamiAnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora