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Sostener el cuerpo sin vida de la persona que amas entre tus brazos es algo que no se lo deseo a nadie. Incluso a ti Damian, hermano, no te lo deseo.

No quiero matarla pero si tú no tienes el suficiente valor ella morirá.

— No entiendo por qué él no quiere transformarte, ¿Por qué no querrías pasar el resto de tu vida con la persona que amas?

Ella hizo silencio y miró hacia la ventana con seriedad.

La nieve caía lentamente, como si el tiempo fuera a detenerse.

— Yo tampoco lo entiendo.

Volvió su mirada a mí.

— Tú no transformaste a Edd.

— Estábamos esperando... irnos juntos. Sus padres jamás lo aprobarían. Escapar era nuestro sueño...estar para siempre juntos.

No puedes escapar de la oscuridad. Sentí una mano en mi cuello que poco a poco me dejó sin aire. Cuando estaba con él era como volver a respirar pero cada vez se hizo más difícil. No quería ensuciarlo con esta maldad.

Mis manos que mataban a personas inocentes, mis manos manchadas de sangre de hijos que suplicaban por sus padres, de padres que rogaban por sus hijos, de mujeres que gritaban y lloraban no ser vendidas como simples pedazos de carne de los cuales abusar... Mis manos, mi alma, comenzaron a corromperse.

Y sin retorno no había amor que él pudiera darme que haya podido sanarme.

— Quizá esperamos demasiado, si simplemente hubiera pasado de pequeños o si hubiera elegido otros caminos, tomado otras decisiones, su hubiese sido más inteligente o fuerte, si tan sólo-

— Él hubiera no existe.

Los pasos de él en camino comenzaron a hacer eco.

Una sangre muy dulce se coló en mi nariz embriagándome.

— Lo que hiciste y decidiste no puede cambiarse, todo eso te llevó a donde estás ahora. Nunca es tarde para arrepentirse y pedir perdón a dios.

— ¿Dios? JAJAJAJAJA... eres graciosa...

— Le pedí a Dios que mi jardín floreciera y empezó a llover, he pedido salvación y me crucé con Damian. Lo que deseamos no viene en las presentaciones en las que oramos, Dios te da herramientas pero nunca soluciones. Dios va a terminar lo que empezó en ti. No hay promesa que Dios haya hecho que no se cumpliera.

Me puse de pie lentamente, la rabia comenzaba a invadirme con cada palabra que salía de su boca.

Mis colmillos crecieron tanto que mis encías dolieron y mis uñas comenzaron a sangrar.

Salte sobre ella y la tomé del cuello la elevé haciendo flotar ese débil cuerpo humano suyo.

— Si tu dios existiera Edd estaría vivo.

— ¿Cómo sabes que no fue eso lo mejor que pudo haber pasado? ¿Y si Edd corrompía su alma? ¿Y si lo vendían como dices? ¿Si lo torturaba tu familia o lo chantajeaba? Murió en tus brazos, no debe haber forma más bella que morir en los brazos de quién amas.

— Estas ciega, su familia fue quemada junto su hogar, vi sus ojos perder su brillo mientras me dedicaba una última sonrisa ¡¿SABES EL DOLOR QUE IMPLICA ESO?! TU NO SABES NADA.

No quería matarla pero me estaba provocando a ello.

Presioné aún más fuerte ese fino cuello suyo.

— No me ahg i-imagino t-tu dolor... pero...tus d-decisiones son...tu responsabilidad...

Sí, era mi culpa.

Anhedonia | DamiAnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora