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Aclaración

En el capítulo anterior se dio a entender, por error de redacción mía, que Becky y Anya se conocían de pequeñas lo cuál vario/as de ustedes se dieron cuenta que no es así. Fue un error que ya he corregido en la narración. Como bien señalaron NO ellas NO se conocían de niñas, hacian los mismos juegos y sienten que así fuera pero no, ellas se conocen en la U. Aclarado esto les dejo con el nuevo cap.





— ¿Por qué siento que estamos huyendo, Damian?

— Pues, porque es exactamente lo que estamos haciendo.

Iba con demasiada prisa en el auto, el cinturón siempre era obligatorio. Esta vez me sostuve con fuerza a él.

— ¿No crees que vas un poco rápido?

— Lo siento, pero no te preocupes, voy con cuidado.

— Confío en ti... esposo. —mostró su dedo y sonrió.

Damian revoleó los ojos y se puso rojo.

— Desearía haberte comprado algo más bonito, lo siento.

— Para ser improvisado es bonito.

Ella elevaba su mano y admiraba el anillo de plata.

Damian compró aquel anillo con lo que traía en los bolsillos, no podía hacer movimientos exuberantes con la tarjeta porque cualquier movimiento demasiado grande llamaría la atención y sabía que su hermano estaría al pendiente de todo.

Las tarjetas a su nombre eran inusables.

Ahora ya no era Damian Desmond, era Damian Forger. Y como Forger no tenía ni un maldito centavo.

Los siguientes movimientos tendrían que ser rápidos. El próximo vuelo a Rusia salía en una hora.

09:05 de la mañana. Próximo vuelo a Rusia: 10:00 am.

Debían pasar por su mansión e irse de inmediato al aeropuerto.

En la parte de atrás del auto iba la corona de flores las cuales Anya miraba con melancolía.

— ¿No puedo despedirme de ellos verdad?

— No. —dijo fríamente.

Damian no abandonaba del todo su faceta fría. Ahí estaba, él era frío y calculador cuando se trataba de cosas importantes. Y la vida de Anya era una de ellas.

— Podrás comunicarte una vez lleguemos con algún teléfono descartable.

— ¿Cómo debería decirles que ahora estoy civilmente casada?

— No lo menciones.

— ¿Y qué excusa tengo para haber dejado la facultad?

— Miente.

— ¿Una beca? Mi padre se dará cuenta que miento.

— Si ellos saben algo podría ponerlos en peligro.

No estaba seguro pero Damian debía ser cuidadoso.

— ¿Por qué crees que no les dijimos nada a los chicos? Es mejor que no sepan nada. Desapareceremos para el mundo.

— ¡No puedo desaparecer así nada más para mis padres! Además tu no lo sabes, pero ellos-

Damian miró el reloj dejando de escuchar. Anya detuvo sus palabras antes de confesar algo que podría ser de especial importancia.

Anhedonia | DamiAnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora