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Thinking of you:

~*~

Llegó pronto a casa de Jisoo. Cuando Jennie se fue a la suya, había dedicado el resto de la mañana a correr unos kilómetros con Darwin, ducharse y recoger un poco su vivienda. Distracción. Necesitaba cualquier tipo de distracción que consiguiera evadirla del cosquilleo estomacal que le sobrevenía cada vez que su mente reproducía aquel «Lisa» adormilado. Y lo reproducía una y otra vez como un puto disco rayado.

Llamó al timbre de su amiga y fue Rosé quien le abrió la puerta. Nada, que no importaba la hora a la que llegara; por muy pronto que fuese, siempre era la última en aparecer.

"¿Vives aquí?" preguntó entrando con el ceño fruncido.

"No, Jisoo y yo hemos quedado pronto para hablar de ti antes de que llegaras," explicó con total tranquilidad mientras ella se quitaba el abrigo.

"Cuánta sinceridad."

"A ti no puedo mentirte," reconoció la rubia.

"Pues dime qué habéis estado diciendo de mí."

"Una cosa es mentir y otra muy distinta ocultar información," le explicó Rosé. "Lo segundo sí que puedo hacerlo," dio a entender que no iba a irse de la lengua.

Oyeron a Jisoo gritarles desde el comedor que pasaran ya y le hicieron caso. La mesa estaba puesta y la pelinegra las miraba con una sonrisa de perfecta anfitriona. Mal rollo, porque ya llevaba tres minutos en aquella casa y nadie la había llamado «puta psicópata pervertida» ni una sola vez.

"Lalisa, bienvenida," la saludó amablemente, y ella frunció el ceño, desconfiada. "La comida estará lista en unos instantes..."

"Sí, en cuanto la traigan los del Mia Bella," la interrumpió la voz de Haein proveniente de algún lugar de la casa.

Jisoo entrecerró los ojos y apretó la mandíbula, presumiblemente contando hasta cinco antes de gritar aquello de «¡Haein, maldita sea, deja de arruinar mis escenografías!». Pudo controlarse y recuperó el gesto de perfecta anfitriona, con sonrisa incluida y todo.

"Como iba diciendo..." retomó su discurso, "la comida estará lista en unos instantes." Hizo una pausa para asegurarse de que su novio mantenía la boca cerrada. "Mientras tanto, tomaremos unos aperitivos, si haces el favor de sentarte en el sitio que hemos reservado para ti..."

Le indicó la silla que presidía la mesa y Rosé la retiró con amabilidad cuando ella se acercó. Negó con la cabeza al descubrir que habían colgado un folio del respaldo del asiento en el que podía leerse:

RESERVADO
Puta psicópata pervertida


"Sois gilipollas," les informó a ambas tomando asiento sin más.

"Y te encanta," dio por sentado Jisoo, sentándose a su lado, y ella la miró con gesto serio. "Oh, no te enfades, Lis. Venga, como ofrenda de paz, te dejo que me toques el pelo; me lo acabo de lavar," dijo sacudiendo su melena frente a ella.

No quiso, pero se le escapó media sonrisa, porque sus amigas eran muy imbéciles.

"No sé por qué os sigo contando las cosas," suspiró haciéndose con una patata frita de las que habían puesto «como aperitivo» junto a unas cervezas.

"Las cosas nos las cuentas a medias," indicó Rosé tras darle un sorbo a su cerveza. "¿Qué hacía Jennie ayer por la noche en tu casa? Lo último que sabíamos era que ibais a pasar el día fuera con los perros."

Destiny : Diario de Jennie Kim 《Jenlisa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora