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~*~

Todo el viaje de vuelta dedicándole miradas furtivas, se había ganado más de una sonrisa de esas demoledoras al ser descubierta observándola mientras conducía y ella se las devolvía y su interior hacía piruetas cada vez, revolviéndola entera de la manera más extraordinaria posible. Con mariposas en su estómago y los recuerdos de lo que ambas habían compartido aquel fin de semana rivalizando por ser lo más visto del domingo. La imagen de Lisa moviéndose sobre ella mientras aquel «Te quiero» irrumpía en su conciencia iba ganando de momento, aunque tenía mucha competencia y la cosa estaba bastante reñida.

Madre mía, es que no habían hecho nada más en la ducha por falta de tiempo, pero no de ganas y había perdido la cuenta de las veces que le había dolido la tripa de tanto reír. ¿Y no era aquella la mezcla perfecta? Sexo, risas y rock and roll, porque aquel I can't get no satisfaction le había valido el ataque por sorpresa más bienvenido de la historia de las invasiones. Y seguía desviando su vista hacia Lisa una y otra vez, posiblemente sin poder evitarlo, pero no estaba segura al cien por cien porque no lo había intentado. Le encantaba mirarla y que la veterinaria retirara la atención de la carretera por un segundo, lo justo para sonreírle de esa manera que le hacía burbujear por dentro, y se moría por besarla a cada minuto. Era como si aquella primera vez con ella la hubiera enganchado aún más. Lisa había terminado de atontarla a base de orgasmos.

Distinto. Había sido diferente a sus anteriores experiencias, y ya se lo esperaba, porque era la primera vez que se acostaba con una chica, pero al final había sido distinto por mucho más, y por Lisa. Había sido distinto por ella y por su forma de tocarla, por sus besos y la manera en que la miraba como si no quisiera perderse nada porque era demasiado importante, y a ella le había venido muy bien poder perderse en la profundidad de sus ojos, encontrarlos una y otra vez mientras exploraba y se dejaba explorar. Había sido suave y brusco, cálido y el puto fuego del infierno a la vez, una mezcla de muchas cosas, como lo era todo con ella. Su última faceta por descubrir y había resultado ser tan irresistible como todas las demás. Imposible ignorarlo, cada pequeña cosa que conformaba a Lisa le atraía irremediablemente, como la gravedad.

Y a su «Jennie, quiero estar contigo» ella contestaba con un «joder, menos mal», porque no habría sido nada divertido si todo lo que estaba sintiendo por aquella chica no fuese totalmente correspondido.

Le acarició la nuca, porque se había dado cuenta de que a Lisa le encantaba que lo hiciera, y suspiró cuando sobrepasaron una señal de «Cleveland 2 millas». No tenía ganas de volver a la realidad, aquel universo sexual paralelo con la veterinaria le había gustado demasiado e iba a echarlo de menos. Y no quería sonar desesperada, pero... ¿cuándo iban a repetir?

"Felicidades, llevas más de veinticuatro horas sin fumar," comentó Lisa de pronto.

"Gracias por recordármelo," gruñó pellizcándole la nuca y haciéndola reír.

"Si necesitas recordatorio es que va bastante bien."

"He estado distraída," admitió y golpeó a Lisa en el brazo cuando vio aquella sonrisa engreída asomando a sus labios. Aun así, ella también sonrió.

"¿Quieres dejarlo de verdad o solo intentabas impresionarme?" preguntó mirándola fugazmente.

"Ambas."

Y es que tenía sentido, había vuelto a fumar ante la perspectiva de tener que mudarse a los Estados Unidos, por el trabajo de Kai y porque el chico nunca estaba en casa. Por eso y por gilipollas también, Jennie Kim, porque podrías haberte ahorrado ocho meses de hábito tabáquico y varios cientos de dólares en cigarrillos. Lo hecho, hecho estaba y de nada servían los arrepentimientos, pero quizás era un bonito momento para cambiar aquello, ya que había cambiado todo lo demás. Cerrar un círculo metafórico diciéndole a la nicotina «adiós y muchas gracias» y no volver a dirigirle la palabra nunca más. Una idea cojonuda y un gran desafío.

Destiny : Diario de Jennie Kim 《Jenlisa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora