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Ser o no ser, esa es la cuestión:

~*~

«Jennie Kim, ¿bisexual o heterosexual flexible?»

Rosé, Jisoo, Tú

LISA: ¿Cómo conoció a Kai?

LISA: ¿Cuánto llevan juntos?

LISA: ¿Qué ha estudiado?

LISA: ¿Parejas anteriores?

JISOO: Joder, esto va a parecer un puto interrogatorio. ¿Quieres que la deslumbre con una luz intensa directa a los ojos como acompañamiento?

LISA: Coño, Jisoo, no se las hagáis todas seguidas.

ROSÉ: Creo que la vamos a asustar.

LISA: Necesitamos saber muchas cosas y para saber cosas hay que preguntarlas.

JISOO: ¿Necesitamos o necesitas?

LISA: Matices del léxico...

ROSÉ: Tengo la sensación de que esto empieza a ser un déjà vu del campamento de aquel verano.

LISA: No digas tonterías y apúntate las que quieres preguntar tú.

LISA: Voy a buscarla a su casa y acompañarla al Happy Dog.

LISA: Nos vemos allí.

JISOO: Te dije que debimos quemar aquel diario cuando tuvimos la ocasión.

ROSÉ: Y dale con lo mismo todo el día. No lo hicimos, supéralo.

JISOO: Aquel verano se obsesionó con un diario y este otoño se va a obsesionar con su dueña heterosexual curiosa con novio formal.

ROSÉ: Aún no sabemos si es hetero.

Nada. Seguían hablando de ella como si no estuviera presente, incluso por los grupos de WhatsApp. Inútil luchar contra ello, la aceptación sería una estrategia mucho más apropiada. Guardó el teléfono móvil en el bolsillo del abrigo al enfilar la calle donde residía la castaña. Aquello de obsesionarse era una gilipollez, y sus amigas eran un poco imbéciles por sugerirlo siquiera. Estaba Irene, su relación iba fenomenal y era una chica alucinante en todos los sentidos. ¿Por qué iba ella a obsesionarse con una chica a la que apenas conocía? Bah... gilipolleces.

Según la dirección que le había mandado al WhatsApp, la casa de Jennie era justo la siguiente, vivía increíblemente cerca. A dos calles de su domicilio. Ni tuvo que cerciorarse porque, cuando llegó a su altura, se encontró a la castaña sentada en el porche. No la había visto y seguía cuchicheándole algo a Kuma, que se encontraba sentado a su lado sobre un banco de madera. Sonrió, así que ella no era la única que hablaba con su perro como si fuera a contestarle de un momento a otro.

"¿Esperas a alguien?" preguntó cuando estuvo al pie de las escaleras. Jennie dio un respingo al escucharla y ella se rio. "Siento interrumpiros, la conversación parecía interesante."

Jennie sonrió, ligeramente avergonzada de haber sido sorprendida intercambiando confidencias con su amigo de cuatro patas. Kuma, en cambio, bajó sin ningún pudor del banco, corrió hacia ella y comenzó a saltar a su alrededor al llegar a su altura.

"Yo también me alegro de verte, colega," le correspondió agachándose para acariciar su cuerpecillo. "¿Cómo vais con la obediencia básica? ¿Te trae ya el periódico y las zapatillas?" bromeó.

Destiny : Diario de Jennie Kim 《Jenlisa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora