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Can't stop the feeling:

~*~

Pobre Kuma, menuda carita le había puesto al caer en la cuenta de que se marchaba y él se quedaba allí. Parecía estar suplicando «Por favor, no me dejes a solas con el muermo de Kai. Por favor», y lo había escuchado lloriquear cuando cerró la puerta tras ella. Ay, ansiedad por separación que, además, era mutua. Se dijo a sí misma que tenía que ser fuerte y se alejó de su casa, rumbo a la de Jisoo. Tenía ganas de pasar aquella noche con sus amigas en general y con una de ellas en particular.

Lisa.

Bufff, Lisa.

¿Qué demonios estaba haciendo? Se lo había planteado miles de veces durante la última semana, sobre todo desde que su mente decidió que era buena idea ponerse a pensar en la veterinaria cada vez que Kai se le acercaba más de la cuenta. Pensar que era Lisa quien la besaba o quien la tocaba la estaba volviendo loca, precisamente porque imaginarlo hacía que su cuerpo reaccionara de formas muy poco adecuadas teniendo en cuenta que tenía una pareja estable que no era ella.

¿Cómo había pasado? ¿Cuándo? ¿En qué momento su sonrisa había dejado de parecerle solo bonita para acelerar sus pulsaciones de aquella forma cada vez que iba dedicada a ella? Por Dios, es que había ocurrido demasiado rápido y no se lo había visto venir, o demasiado lento como para reparar en que llevaba viniendo desde el principio, una de dos. Lo cierto era que le encantaba la forma en la que Lisa la hacía sentir, lo atenta que era siempre con ella y lo fácil que resultaba todo cuando estaba cerca. Que su corazón se saltara latidos cada vez que la tocaba era ya algo habitual e increíble al mismo tiempo; sus ojos y las miradas demasiado prolongadas que a veces pendían entre ellas; sus labios, y la de veces que había imaginado cómo sería atraparlos suavemente entre los dientes.

Para. Para, porque está justo ahí delante.

Rosé y la veterinaria la estaban esperando frente a la casa de esta última, hablaban entre ellas y no se habían dado cuenta aún de su proximidad. Se permitió observar a Lisa un poco más de la cuenta mientras llegaba a su altura y, cuando la chica se percató de su presencia allí y la miró con aquella sonrisa, sintió calor en su bajo vientre. Porque desde hacía un tiempo se preguntaba cómo sería poder verla de mucho más cerca y desde miles de ángulos diferentes.

"Buenas noches, Kim. ¿Estás preparada para tu primera noche de chicas?"

"Todo lo que voy a estarlo, así que vamos allá," indicó que podían seguir caminando hacia casa de la pelinegra.

"Te pedimos perdón por adelantado por cualquier cosa que haga o diga Jisoo esta noche," se adelantó Rosé, y ella sonrió. Pobre Jisoo.

"Me parece que su objetivo principal sois Erik y tú," escuchó un gruñido desganado como respuesta.

"Tranquilas, chicas, que Jisoo tiene para todas," intervino Lisa adelantándose unos pasos y caminando hacia atrás para poder mirarlas. "Escuchad, puede que ahora, cuando nos abra, la veáis algo extraña. No pasa nada, simplemente se me ha «olvidado» avisarla de la cancelación del grupo «Fiesta de pijamas temática»."

"Qué cabrona eres," dijo Rosé divertida.

"Le gusta sentirse especial, le encantará," se justificó con media sonrisa traviesa.

Debería estar prohibido ser tan idiota y tener una sonrisa como esa, de verdad. Recogería firmas y las llevaría al ayuntamiento.

Llegaron frente a la puerta de la pelinegra, Lisa llamó al timbre y les sonrió impaciente en espera de que Jisoo acudiera a abrir. La puerta se abrió unos diez segundos después y casi se le escapó la risa al descubrir a la pelinegra disfrazada de Papá Noel: traje, gorro, barriga y barba incluidos.

Destiny : Diario de Jennie Kim 《Jenlisa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora