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Just my imagination:

~*~

Joder. Joder. Joder.

Más le valía haberse olvidado del maldito kétchup, porque la sorpresa que se había llevado al ir a recuperarlo a la cocina de Jennie no había sido muy agradable. Como si todas y cada una de sus funciones vitales se le hubieran paralizado de golpe al descubrir a la castaña comiéndose a besos a Kai sobre la encimera. Y sí, sabía que era su novio y que, lógicamente, era una posibilidad el que se besaran de vez en cuando. Pero había pasado de ser una hipotética posibilidad, a ser una imagen muy real grabada a fuego para siempre en su puta retina; y en HD, además. Una llamada de atención bastante brusca que le venía a decir más o menos «pues claro que lo besa a él, gilipollas»; una sensación de quemazón en la boca de su estómago que no tenía ganas de definir en ese preciso momento, pero que, en cualquier otro, llamaría celos. Un nuevo sentimiento para aumentar su colección de «poneros a la cola y de uno en uno, por favor».

Bienvenidos a la fiesta, chicos, que éramos pocos.

Y del gemido de la castaña era mejor no hablar, porque se le ocurrían muchas situaciones en las que habría sido una puta pasada escucharlo, pero en aquella precisamente, no. En aquella precisamente había sido un «pues claro que es él quien la hace gemir, gilipollas», en plan borde.

Se sentó de nuevo en la silla junto a Jisoo y dejó el kétchup a un lado, ya no lo quería. Por su culpa había quedado marcada de por vida. Estúpido kétchup. Haznos un favor a todos y cadúcate. Lo miró con odio y se llevó la hamburguesa a la boca como restregándoselo en la puta cara, en plan «jódete, que no te necesito para nada». Estúpido kétchup.

"¿No te echas kétchup?" escuchó a Jisoo a su lado extrañada.

"No me cae bien," masculló con la boca llena.

Una reacción muy madura, Lisa, felicidades.

"Vamos a parar de hacer el gilipollas con Rosé. Creo que estamos a punto de cruzar el límite de «posibilidad elevada de que nos mate mientras dormimos»," le informó la pelinegra pasando de su extraño comentario.

"En este momento no me suena tan mal." Jisoo frunció el ceño.

"Trabajar en sábado te nubla el cerebro. ¿Estás bien?" dijo al verla masticar con la mirada perdida.

"No lo sé. ¿Me sangran los ojos?"

"Uf, no," contestó la pelinegra. "¿Por qué? Si es alguna puta enfermedad tropical que has pillado en el zoo, no sé qué haces aquí sentada a mi lado."

"Acabo de ver a Jennie y a Kai enrollándose sobre la encimera de la cocina," confesó dando otro mordisco a la hamburguesa.

"Oh, joder, mucho mejor eso que el ébola," dijo aliviada.

"No sabría por cuál decidirme ahora mismo."

Jisoo le pegó un codazo y ella la miró molesta, porque le había dolido.

"Se llaman celos y te los has buscado tú misma. Suelen aparecer cuando te cuelgas por alguien que tiene pareja. Trágatelos, compórtate como una adulta y ayúdame a hacer dibujos guarros en estas servilletas para metérselos a Rosé en el buzón," dijo pasándole un par de servilletas de papel. "Toma, inspírate con esta, es mi obra maestra hasta el momento," comentó dejando frente a ella la susodicha maravilla.

"Puta mierda, Jisoo." Frunció el ceño al ver el dibujo. "Estás enferma, joder." Rio casi sin querer. "¿Qué es eso?" preguntó señalando una parte del dibujo.

Destiny : Diario de Jennie Kim 《Jenlisa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora