Extra - Parte 2

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Éste último extra quiero dedicárselo a arizajohana por comentar siempre los capítulos de este libro, por votar, con apoyarme y alentarme, y, simplemente, por existir. Muchas gracias ❤️

Con esta dedicatoria también quiero agradecer a todos los lectores fieles, a los que estuvieron pendientes de las actualizaciones y sufrieron junto conmigo en cada capítulo; con este extra la historia de Han & Holland culmina, y no me queda más que demostrar la infinita gratitud que les tengo y lo sentimental que me pone el haber encontrado lectores tan amorosos como ustedes.

❤️ Gracias ❤️

Ahora sí, fuera con sentimentalismos: disfruten este extra y comenten cada párrafo. Al final, van a encontrar una sorpresita y espero que la reciban con mucho entusiasmo, que a mí me emociona mucho, la verdad;)

Sin más dilación, ¡a leer!

|Holland|

    Las pocas horas que Xian permaneció en la pequeña fiesta organizada por la señora Arixanne, estuvo en mayor tiempo posible junto a Han; recorriendo el jardín sin perderse de la conversación que ambos compartían, riendo y palmeándose las espaldas mutuamente como dos camaradas de antaño que se habían echado de menos. Hubieron unos minutos en los que se alejaron de la reunión, hasta más atrás por donde el lago refugiaba la temperatura más helada de la época y los animales nocturnos cantaban, y volvieron incluso más animados que minutos antes; podía distinguir un leve rubor en las mejillas de Han, a la vez que una ensanchada sonrisa le iluminaba la cara y Xian le pasaba los brazos por los hombros, manteniendo una bonita y fraternal conversación.

He de admitir que desde el lugar en donde opté pasar la reunión, sentada un poco alejada de los besuqueos de mi hermana con su novia y la algarabía que tenían mi padre y el señor Hunter alrededor de la barbacoa, aquella escena entre Han y Xian lucía surrealista, difícil de entender y tan sobrecogedora que incluso varias sonrisas traviesas se escaparon de mis labios al verlos tan unidos. Lucían tan radiantes y cómodos que nadie jamás pensaría tan solo un año atrás mantuvieron una rivalidad preocupante.

Todavía me costaba a acostumbrarme que Xian hablase de Han como una de las personas más importantes que existían en su vida; con aquel entusiasmo con el que me contaba las anécdotas del pasado, los juegos de béisbol improvisados en aquel mismo patio trasero, las reuniones en su habitación para ensayar con la guitarra y las presentaciones que tuvieron casi todas las tardes en las plazas más concurridas de la ciudad.

Al principio aquellas anécdotas me parecieron historias relatadas por un chico que había estado encerrado en su habitación fumando hierva y ahogándose en el alcohol; frente a un portátil que le encandilaba los ojos y los pensamientos revueltos gracias a las sustancias psicotrópicas que ingería. Y el que yo empezara a creer aquellas historias de tanto Xian habérmelas comentado, ponía en duda mi criterio; no obstante, ¿quién era yo para juzgar las amistades de los demás?

Preferí quedarme alejada de todos porque dentro de aquella soledad estaba tratando de armar un poco de valor; con Xian ya lo habíamos hablado, que en un momento de la fiesta yo me le acercaría y le preguntaría cómo estaba, con una sonrisa, sin rencores e ideas fatalistas sobre cómo resultaría ese acercamiento. Mazzie había apoyado la decisión, y aunque Mía había refunfuñado como una niña inmadura porque le preocupaba más Han que su hermana, tras unas palabras cariñosas y besitos por parte de su novia, había cedido a dejarme acercarme a su mejor amigo.

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