Me quede sin palabras al escuchar esa noticia. ¿Como pudo hacer algo así? Espera... ¿Y mi madre? Salte nerviosa de la silla y subí corriendo hasta la habitación donde dormí. Cogí el móvil y marque su numero.
-Hola cariño.- dijo ella.
-¡Mama! Gracias a dios de que estas bien.
-Pues claro que estoy bien, ¿Por que tenia que no estarlo?- esa pregunta significaba de que no se había enterado del suicidio de Pablo.
-Mama... Tranquila... Intenta relajarte...
-¿Pasa algo?- pregunto ella en tono preocupado.
-Si. Pablo se suicidio. Hoy por la mañana.
No sentí su respuesta, solo un silencio.
-¿Mama?
-¿Donde estas?
- En casa del vecino. Pase la noche aquí.
-Vale. Esperame ahí. Ahora salgo.- y colgó.
Me senté en la cama. Apoye mis codos en las rodilla, y entre lance mis dedos en mi cabello.
-Noah,¿ Estas bien?- pregunto Jo entrando en la habitación.
-Eso creo.- le conteste alzando la cabeza.
-Mi padre me dijo de que te sacara de aquí a alguna parte.
-Prefiero quedarme aquí, ahora vendrá mi madre.- el solo asintió con la cabeza. Me levante de la cama y fui en búsqueda de mis pantalones cortos. Estaban encima de la mochila. Me los puse. Sentía la mirada de Jo encima mio cada vez que hacia un movimiento.
Me acerque hasta la cama y me tumbe. Jo hizo lo mismo y se tumbo al lado mio. Me tape lo ojos con el antebrazo y empecé a relajarme.
En mi cabeza vinieron muchos pensamientos. Claro, ahora cuando venga mi madre le tendré que explicar todos estos moratones que tenia. Le tendré que explicar por que no se decía. No se que va a hacer después de todo eso.
-Jo...
-¿Que pasa?- me pregunto. Quite mi brazo de los ojo y le mire. Nuestros ojos se cruzaron.
-No habrá ningún juzgado ya. ¿Verdad?
-No. El se ha muerto. No pueden meter a la cárcel a un cadáver.
Nos quedamos mirándonos.
-Jo... Sobre lo que paso en la cocina...
- No hace falta hablar de ello. Fue un instinto masculino. Lo siento.
-No pasa nada.- le susurré. El me sonrió. El empezó a acercarse hasta mis labios, esta vez estaba decidida de besarlo. Pero el maldito móvil sonó, y el tono de llamada nos sobresalto. Me gire con mala gana a coger la llamada.
-¿Si?- dije casi enfadada.
-¿Donde estas? Ya estoy en casa. Hay como dos coches de policía y ambulancia.- dijo mi madre.
-Vale. Ahora voy.
Salte de la cama y me puse los zapatos. Mi corazón empezó a latir cada vez mas fuerte.
-¿Quieres que te acompañe?- pregunto el.
-Si. Gracias.
El me dedico una sonrisa y fue a su cuarto. Volvió con una camiseta gris puesta.
Salimos de casa y mi corazón cayo a los pies cuando vi a mi madre frente la puerta llorando, y a unos doctores investigando el cuerpo del Pablo. El miedo entro dentro de mi y se formo un nudo en la garganta. Me quede paralizada en el estado de shock. El miedo no me permitía moverme. Jo entendió lo que me pasaba. Se puso frente mio y me levanto la cabeza para que le mirara solo a el.
-Noah, tranquila.- con esa palabra, empecé a respirar mas rápido, sentí que me faltaba el aire. Me puse histérica.- Noah, no. Mirame. Noah mirame. Mirame a los ojos.- cogió mi barbilla y levanto mi cabeza obligando a que le mire a los ojos. Su ojos me tranquilizaron un poco. Eran como un bosque, en el medio del cual, corría un río azul. Me quede mas tranquila por que sus ojos transmitían tranquilidad, seguridad y protección. Me cogió de la mano y no dirigimos hasta mi casa. Cada vez que que nos acercábamos mas a la casa, mas nerviosa me ponía.
-Mama...
-Dios mio. Cariño. Estas bien.- dijo ella abrazándome. Jo se aparto un poco. Cuando me aparte de ella. Vi que al lado de mi mi madre estaba el padre de Jo. Entendí todo.
-¿Por que no me habías contado de que Pablo te pegaba? Le habría dejado por ti. Tu eres mas importante que el.- me dijo ella abrazandome de nuevo.
-Te lo quería contar. Pero Pablo me amenazaba. Y no quise desafiarlo.
-Papa, ¿sabes las causas de su suicidio?- Pregunto Jo.
-Si. Maltrato infantil. Un trauma que nunca supero, quería que Noah sufriera igual que sufrió el en su infancia. En caso de suicido, los psicólogos dicen que cuando uno tiene ganas de suicidarse, se corta, grita, o pega.- al escuchar "se corta" mire nerviosa al Jo, aquel me estaba mirando seriamente apretando su mandíbula, sin quitarme la mirada.- En ese caso, Pablo decidió pegar a las personas que lo rodeaban. Y como ayer no pudo pegarte, al final hizo lo que siempre planeaba, su suicidio.
Mi madre no paraba de llorar. Sus emociones se mezclaron, su rostro mostraba solo dos emociones. Tristeza, por la muerte de Pablo. Y odio, por lo que el me pegaba. La cogí de la mano y apreté.
Todo se calmo a partir de las 8:00p.m. Mi madre estaba durmiendo en su dormitorio. Eran las 10 de la noche. Yo no podía dormir. Así que salí al jardín. Cuando mire hacia casa de Jo, la luz de su habitación estaba encendida. Decidí no molestarle. Cuando me senté en el banco de Sue y Robert no pude evitar mirar su ventana de nuevo. Esta vez, el estaba ahí. Le sonreí, el hizo lo mismo. Desapareció de mi vista, y la luz de su cuarto se apago. Sentí como la puerta de su casa se abría. Acabo de un momento, el apareció mirándome, apoyando sus mano en la valla.
-¿Puedo pasar?- me pregunto. Dije que si con la cabeza.
El se acerco hacia a mi y se sentó a mi lado.
-¿Alguna vez aprenderás a entrar por la puerta?- le pregunte sarcástica. El solo se río.
-Tu siempre tan de graciosa.¿Como esta tu madre?
-Estresada. Mañana no la dejare ir al trabajo.
-Que protectora.- dijo el. Me estiro de la mano y me caí sobre sus muslos.
-Es lo que tengo después de la muerte de mi pad...
-Tsss. No digas nada. Se que siempre quieres proteger a todos. Pero piensa en ti. No te estas cuidado de ti. Así que si tu no cumples eso de cuidarte, entonces lo haré yo.
Le sonreí y me acomode en sus piernas. Cerré los ojos para poder disfrutar de la noche fresca y tranquila.
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Engañados
Teen FictionNoah una chica suicida que muestra sonrisas falsas cuando por dentro esta gritando. Sus ultimos dias se llenan de nuevas amistades, un nuevo amor, unas amistades falsas y nuevas cicatrices. Una novela que te hara sentirte indentificado, te hara llor...