Capitulo29

79 7 2
                                    

Subimos pequeños escalones de mi casa y mi respiración había acelerado de un momento al otro. Me esperaba una gran bronca. Mi madre. Mi primo. No quiero irme. Al parecer he encontrado al chico perfecto. Tengo mas amigas que nunca y ahora mi madre quiere echar todas mis amistades a la mierda.
-Tranquila. No te pongas nerviosa, todo ira bien.- Jo me apretó la mano y me dio un beso lento en la frente.
-Entremos.

Saque las llaves del bolsillo y abrí la puerta. Al entrar escuché risas que venían des del salón. Le mire extrañada a Jo y me dirigí hasta el salón con el Jo detrás mio.
-¿Mama?- pregunte.
-Aquí, en el sofá.
Me acerqué mas y me quede frente el sofá con Jo a mi lado.
Mi madre estaba sentada al lado de Marc riéndose supongo de algo que le dijo.
-Gracias Noah por llamar a Marc. Des de hace tiempo que no hablaba con el. Me a encantado volver a verlo.- dijo mi madre. Aveces creo que ella quiere mas a su sobrino que a su propia hija.
-No ha sido nada Tía Dianna. Ya sabe que siempre es un placer hablar contigo.- que pelota, pensé. Pero era algo necesario si quería quedarme. Les mire extrañada y Marc se levanto del sofá y se dirigió hacia Jo.- Dianna, no te preocupes por este chico. Es un buen muchacho- ¿muchacho?- y entre el y yo cuidaremos a Noah todo el verano.- dijo Marc dándole a Jo unos golpecitos en el hombro.
-Oh Marc. Muchas gracias. Siempre puedo confiar en ti. Ahora, por mala suerte, tengo que irme al hotel, y después temprano por la mañana coger el vuelo.
-Mama, ¿porque te vas a hotel? ¿No puedes pasar la noche aquí?- pregunte sentándome a su lado.
-Oh cariño. Tendré que salir a las cinco de la mañana, y el hotel queda en unos tres minutos del aeropuerto.
La abrace, ella hizo lo mismo.

-Noah, cada semana te pondré a tu tarjeta 1000 euros, procura no gastarlos tan rápido. Y escucha a tu primo, el se queda al mando.
-Vale. Procurare no gastar mucho y prometo escuchar a Marc.- escuchar no significa hacerle caso.
Ella se quedo mirándome y unas lágrimas le corrían por las mejillas.
-Eres ya tan grande.- dijo mientras que se acercaba a mi para abrazarme.
-Mama. Sigo siendo tu hija, y cuando vuelvas seguiré siendo yo.
-Procura no quedarte embarazada, aun no estoy lista que me llamen abuela.
-¡Mama!- grite sonrojada, sabiendo que Jo estaba detrás nuestro escuchando todo. Oí como Marc y Jo soltaron una carcajada. Los mato.
-Bueno, ya tengo que irme. Hasta septiembre cielo.- me abrazo por ultima vez y se dirigió hacia Marc.-Cuidala, confío en ti.- dijo mientras que abrazaba a mi primo. Luego lo soltó y se dirigió hacia Jo.- a ti te digo lo mismo. Sigue siendo mi pequeña. No le hagas daño, y protegela.
-No se preocupe señora Sellers, la protegeré.- y también abrazo a Jo, eso era muy raro. Mama abrazando a Jo.

Luego de despedirnos de mama y llevarla al hotel, los tres fuimos a casa, y llegamos cerca de las 3 de la madrugada. Tenia sueño, mañana era el ultimo día del instituto, y no podía llegar muerta del sueño y cansada. Así que sin despedirme de nadie, fui directa a mi cama. Cuando tengo sueño, es algo similar a cuando estoy borracha, las mismas tonterías.

Un brazo me agarro por la cintura y me atrajo hacia el.
-Te acompaño.- dijo Jo mientras que subíamos los dos juntos a mi habitación.
Esto no le gustara para nada al Marc, pensé. Pero sabia que Jo no iba a hacer algo que no me guste.

Entramos en la habitación. Quite toda la ropa hasta quedarme en la camiseta grande que llevaba y las bragas. Jo me miraba con asombro, pero me daba igual, me tumbe en la cama y Jo se puso al lado mio. Sentí sus fuertes y cálidos brazos abrazar mi cintura, me acomode entre sus brazos, se sentía de verdad muy bien. Al rato me dormí.

Sonó la alarma, me sobre salte, empecé a buscar mi móvil donde sonaba la canción Titanium de David Guetta. Quise levantarme, pero Jo me apretó contra si y no me dejo levantarme.
-Jo, despierta. Dejame salir. Tengo que apagar la alarma.- susurré a su oído. Una sonrisa muy dulce apareció en su rostro. Abrió un ojo y me miro.
-Ya estaba despierto, solo que quería disfrutar del momento.
Le dedique una sonrisa y me escape de sus brazos, salte de cama y fui en búsqueda del móvil.

Lo encontré en la sudadera que llevaba ayer. Apague la alarma y me gire hacia la cama. Me encontré con Jo apoyado con su cabeza en el cabecero de la cama y con manos detrás de cabeza. No llevaba ninguna camiseta, dejando a la vista su bello abdomen. Me quede embobada mirándolo, contemplando esa imagen. Sentía algo muy fuerte por ese idiota, pero no se bien que es, nunca había sentido eso, ¿amor? A lo mejor.

Me acerqué al armario y saque un par de prendas, me metí en el cuarto del baño para cambiarme. Jo no me quitaba la vista en ningún momento.

Levante el corto vestido negro delante mio. ¿Ponermelo o no? Des de hace siglos que no me ponía un vestido, y no se como me quedara. Saque la camiseta y me puse el vestido. Mire al espejo. Tampoco me queda tan mal. Me puse un poco de rímel y salí del baño. Jo fijo su mirada en mi, sus ojos se abrieron como dos platos.
-Dios Noah... ¡Estas preciosa!- dijo el con una gran sonrisa.
Baje la cabeza y me sonroje. De verdad que ningún chico me lo había dicho de esa manera que me lo dijo el, esa palabra me produjo un zoológico dentro de mi estomago. El se levanto de la cama y se encamino hacia a mi, se puso frente mio y puso mi cara entre sus manos, la levanto cuidado, de esa manera obligando a que lo mire.
-¿Que te dije sobre la cabeza?- dijo el con tono divertido.
-Mmm... No me acuerdo. Recuerdamelo.- dije desafiándolo.
El me miro un rato, luego acerco su cara y pego sus labios a los mio haciendo que le siga con sus movimientos.
Era nuestro tercero beso. Definitivamente estaba enamorada de ese tío.
Nos separamos y me miro con esa mirada que te vuelve loca.
-¿Ahora lo recuerdas?- pregunto el con una amplia sonrisa en su rostro. Le sonreí.
-Ahora si. Vamos, que llegaremos tarde al instituto.

Al bajar, Marc estaba hablando con alguien por el móvil, así que decidí no molestarle y solo darle un beso en la mejilla de buenos días. Aunque sea raro, mi primo me daba mas libertad que mi madre, aunque le prometió cuidarme, me cuida a su manera.
Marc me sonrió y me dijo con los labios algo parecido como "ESTA TODO EN EL COMEDOR" asentí con la cabeza y le hice una señal a Jo para que vaya detrás mío.

En la mesa del comedor había dos tazas de café, tortitas y algunos recipientes con chocolate deshecho, mermelada y miel. Mi primo cocinaba a la perfección, todo le salia muy bueno.

Nos sentamos con Jo en la mesa y empezamos a desayunar, con la televisión puesta. Al acabar el desayuno me dirigí a la cocina y le di a Marc un beso de despedida en la mejilla, el seguía hablando por teléfono con la misma persona.

Cuando salí de casa, Jo ya me estaba esperando, pero esta vez no llevaba la moto, sino el coche. Me acerque hacia el coche y me senté en en el asiento del copiloto.
-¿Como es que hoy coges coche? ¿No tienes miedo de que te pongan una multa?- le pregunte.
-Llevas un vestido, y en una moto no se va con un vestido. Mejor es coger el coche. Y he pensado, que si quieres podíamos coger a tus amigas e ir a celebrar el fin de curso por ahí.
-Me parece perfecto. ¿Y tus amigos? ¿No te vas a aburrir en compañía de tres chicas y tu hermana?- pregunte vacilando.
-Mientras este contigo, no me aburriré.- me sonroje y el me sonrió.
Puso coche en marcha y nos dirigimos al instituto.

Todos miraban el alucinante coche que llevaba Jo. Vi a Claudia, la que me miraba con odio. Esa chica nunca cambiará.

Salimos del coche y Jo me cogió de la mano, me gustaba cuando lo hacia. Nos dirigimos al sitio de siempre, donde estaban Sam, Mery, y ahora también Ashley. Parece que se llevan muy bien. Nos acercamos a ellas y les saludamos.
-Chicas, ¿que os parece hoy después del instituto salir a celebrar el fin del curso?- al escuchar esa frase, sus caras se iluminaron.
-¡Claro! ¿Donde iremos? ¿En un taxi?- dijo Sam.
-No. Jo dijo que podía llevarnos y celebrar eso junto a nosotras.- Jo le sonrió, y ellas le respondieron con la misma sonrisa.
-¡Ay! Mi hermano tan generoso como siempre.- se acerco Ashley a Jo y le revolvió el pelo a Jo, el se aparto de ella y se arregló el pelo. Todas soltamos una carcajada.

El timbre sonó, y todos empezamos a entrar a las clases. Le di un beso en la mejilla a Jo y salí corriendo como una niña pequeña que acababa de hacer alguna travesura.

Por fin. El ultimo timbre. Las notas ya han sido repartidas, he aprobado todo. Y eso significa... ¡Ningunas recuperaciones en el septiembre!
Salí a fuera la primera y espere hasta que salga Jo de las clases. Dentro de una multitud, veo aparecer a Jo, y automáticamente, una sonrisa aparece en mi cara. Lo saludo y me lanzo en sus brazos. Alegría. Amor. Eran dos cosas que sentía exactamente en ese momento. Así que esta vez era yo la que me lance, lo hice sin pensar. Junte mis labios con los suyos. Era realmente lo que me encantaba sentir. Me separe de el y le mire con una sonrisa.
-Princesa, oficialmente has acabado la ESO.

EngañadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora